jueves, junio 30, 2011 |
Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que buscó un árbol muerto y lo cortó.

Pero unos meses más tarde, en la primavera, vio muy sorprendido que al tronco marchito de ese árbol le salieron nuevos brotes.

Mi padre dijo:
- Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto.
- Había perdido todas las hojas en el invierno.
- Hacía tanto frío, que las ramas se quebraban.
- Pareceía que no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida.
- Pero ahora advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco.

Y volviéndose hacia mí, me aconsejó:
- Nunca olvides esta importante lección.
- Jamás cortes un árbol en invierno.
- Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso.

Maestro: Nunca tomes las más importantes decisiones cuando estés en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará. Recuerda que la primavera volverá.
miércoles, junio 29, 2011 |
Iba un hombre caminando por el desierto …… cuando oyó una voz que le dijo:

- Coge del suelo los guijarros que quieras, ponlos en tu bolsillo y mañana te sentirás, a la vez, triste y contento.

Aquel hombre obedeció. Se inclinó, recogió un puñado de guijarros y se los metió en el bolsillo.

A la mañana siguiente vio que los guijarros se habían convertido en diamantes, rubíes y esmaraldas. Y se sintió feliz y triste. Feliz, por haber cogido guijarros; triste, por no haber cogido más.
martes, junio 28, 2011 |
Cuentan que Chesterton era muy despistado.En una ocasión, viajando en tren, el revisor le pidió el billete. Chesterton empezó a buscarlo por todos los bolsillos sin encontrarlo. Se estaba ponbiendo cada vez más nervioso. Entonces el revisor le dijo:

- Tranquilo, no se inquiete, que no le haré pagar otro billete.
- No es pagar lo que me inquieta – repuso Chesterton – lo que me preocupa es que he olvidado a dónde voy.
lunes, junio 27, 2011 |
Un día un chico de trece años paseaba por la playa con su madre.

Hubo un momento en que la miró con insistencia y le preguntó:

- Mamá, ¿qué puedo hacer para conservar un amigo que he tenido mucha suerte de encontrar?

La madre pensó unos momentos, se inclinó y recogió arena con sus dos manos. Con las dos palmas abiertas hacia arriba, apretó una de ellas con fuerza. La arena se escapó entre los dedos. Y cuanto más apretaba el puño, más arena se escapaba. En cambio, la otra mano permanecía bien abierta: allí se quedó intacta la arena que había recogido.

El chico observó maravillado el ejemplo de la madre entendiendo que, sólo con abertura y libertad, se puede mantener una amistad, y que el hecho de intentar retenerla o encerrarla, significaba perderla.
sábado, junio 25, 2011 |
Un arquero quiso cazar la luna.
Noche tras noche, sin descansar, lanzó sus flechas hacia el astro.
Los vecinos comenzaron a burlarse de él.
Inmutable, siguió lanzando sus flechas.
Nunca cazó la luna, pero se convirtió en el mejor arquero del mundo.

Fuente: Alejandro Jodorowsky
viernes, junio 24, 2011 |
clik sobre la imagen para ampliar

Información del evento

Ubicación
Qta. Oasis La Salle.
Avenida Urdaneta Calle Paseo Ruiz Fonseca Qta. Oasis La Salle.
(Frente a Venusa, al lado de Residencias Tibisay)
Mérida Venezuela
ver plano de ubicación mas abajo

Fecha
Sábado 30 de julio 2011

Hora
de 9:30 am a 12:30 pm y de 2:30 a 5:00pm
(de 12:30 a 2:30 pm corte para almuerzo)

Costo:
Bs. F. 450
(incluye CD de apoyo, péndulo y refrigerio)

Facilitadora
Jocelyne Ramniceanu autora de Palabras Mágicas


Organizadora del evento en Mérida
Carmen Sira

Este taller esta dirigido a los que saben poco o mucho de ho’oponopono y deseen recordar. Vamos a conocer la relación mas importante que existe.

Tendremos material de apoyo y péndulo para comunicarnos con nuestro niño interior.

¿Sabes algo de Ho´oponopono?
¿Quisieras saber mas?
¿ Te encuentras repitiendo patrones en tu vida
que obstaculizan tu felicidad y tu éxito?


Acompáñanos el Sábado, 30 de Julio en este taller que te ofrece las herramientas para comenzar a cambiar tu vida y entrar en contacto con la divinidad que existe dentro de ti. Aprenderás acerca del Ho´oponopono, a borrar esos programas que te traban, a limpiar las memorias que te pesan y a conocer tu verdadero “yo” por medio de ejercicios prácticos y sencillos.

Contactaremos a nuestro niño interior

Ven dispuesto a experimentar, usando ropa cómoda, y comienza a realizar milagros en tu vida.

Costo: Bs. F. 450 (incluye CD de apoyo, péndulo y refrigerio)
En pre-venta Bs.F. 400 hasta el 15 dejulio.

No se venderán entradas en puerta el día del evento

Facilitadora Jocelyne Ramniceanu


Información y reservas
Lic. Carmen Sira
Tlfns: 0414 1796426 y 0412 6881191
http://siry-cursosytalleres.blogspot.com
e-mail: carsirap@gmail@com

Cupo limitado

Para inscribirse y garantizar tu cupo

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Una vez realizado el pago, enviar el voucher escaneado o confirmación de transferencia al e-mail indicado para reservar su cupo y confirmar su asistencia.

Puedes dejar tu comentario y te respondo a tu mail.

Gracias

Nos vemos el Sábado 30 de julio!!!!!

Mapa de ubicación
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viernes, junio 24, 2011 |
Ocurrió en París, en una calle céntrica aunque secundaria.

Un hombre, sucio y maloliente tocaba un viejo violín. Frente a él, sobre el suelo, estaba su boina boca arriba, con la esperanza de algunas monedas. El pobre hombre trataba de sacar una melodía del violín, pero era imposible identificarla debido a lo desafinado que estaba el instrumento y a la forma displicente y aburrido con que tocaba.

Un famoso concertista, que junto con su esposa y unos amigos salía de un teatro cercano, pasó frente al mendigo. Todos arrugaron la cara al oír aquellos sonidos tan discordantes y no pudieron menos que reír de buena gana.

Entonces la esposa pidió a su marido que tocara alguna melodía. El concertista echó una mirada a las pocas monedas en el interior de la boina del mendigo, y decidió hacer algo. Le pidió el violín. El mendigo se lo prestó con cierto resquemor.

Lo primero que hizo el concertista fue afinar sus cuerdas. Y después, vigorosamente y con gran maestría, arrancó una melodía fascinante del viejo instrumento. Los amigos comenzaron a aplaudir y los transeúntes empezaron a arremolinarse para ver el improvisado espectáculo. Al escuchar la música, la gente de la cercana calle principal acudió también y pronto hubo una pequeña multitud escuchando arrobada el extraño concierto. La boina se llenó, no solamente de monedas, sino de muchos billetes. Mientras, el maestro tocaba una melodía tras otra, con alegría y pericia. El mendigo se sentía feliz al ver lo que ocurría y no cesaba de dar saltos de contento y repetir orgulloso a todos:

- ¡Ese es mi violín!
- ¡Ese es mi violín!

El mendigo decía la verdad, era su violín.

Lo cierto es que la vida nos da a todos un violín, que son nuestros conocimientos, habilidades y aptitudes. Y tenemos libertad para tocar ese violín como nos plazca. Algunos, por pereza, ni siquiera lo afinan. No perciben que deben prepararse, aprender, desarrollar habilidades y mejorar constantemente sus aptitudes si quieren dar un buen concierto. Pretenden una boina lleno de dinero, y lo que entregan es una discordante melodía que no le gusta a nadie.

Fuente: cuento del libro “Aplícate el cuento”, relatos de ecología emocional de Jaume Soler y Mercè Conangla
jueves, junio 23, 2011 |
El santo Joneyed acudió a La Meca vestido de mendigo.

Estando allí, vio cómo un barbero afeitaba a un hombre rico. Al pedirle al barbero que le afeitara a él, el barbero dejó inmediatamente al hombre rico y se puso a afeitar a Joneyed. Y al acabar no quiso cobrarle. En realidad, lo que hizo fue dar además a Joneyed una limosna.

Joneyed quedó tan impresionado que decidió dar al barbero todas las limosnas que pudiera recoger aquel día.

Sucedió que un acaudalado peregrino se acercó a Joneyed y le entregó una bolsa de oro. Joneyed se fue aquella tarde a la barbería y ofreció el oró al barbero.

Pero el barbero le gritó:

- ¿Qué clase de santo eres?
- ¿No te da vergüenza pretender pagar un servicio hecho con amor?

Maestro: a unos les cuesta saber dar y a otros les cuesta saber recibir … ¿cuándo fue la última vez que te permitiste recibir?

Fuente: cuento de Anthony de Mello
miércoles, junio 22, 2011 |
Un rey hizo llamar a un santo rabino que que dormía sólo dos horas y las otras veintidós las dedicaba a leer su biblia.

- ¡Dime la verdad que has encontrado en esas páginas o te corto la cabeza!

El anciano sonrió.

- Antes de revelarte el secreto que esperas, deja, oh gran señor, que te haga una pregunta.

- ¡De acuerdo: hazla!

- Dos hombres caminan por el bosque, después de una fuerte lluvia. De pronto, caen en una charca de barro. Al salir, uno de ellos está sucio mientras el otro permanece limpio. ¿Cuál de los dos se lava?

- ¡Pues el que está lleno de lodo! – respondió el poderoso.

- No, majestad.
- El que está embarrado ve al que salió limpio y piensa que él también está limpio.
- El otro ve al sucio y, como piensa que él mismo también está sucio, corre a lavarse.

- Bien – dijo el rey -, ahora dime la verdad que encontraste en tu biblia.

- Antes, señor, resuelve este problema: dos hombres caminan por el bosque, después de una fuerte lluvia. De pronto, caen en una charca de barro. Al salir, uno de ellos está sucio mientras el otro permanece limpio. ¿Cuál de los dos se lava?

El monarca, creyendo que ya conocía la respuesta, contestó:
- ¡El que está limpio!

- No, mi señor.
- Como una vez ya habían cometido el error, se lavó el embarrado.
- La experiencia enseña.

- Acepto – dijo el rey-.
- Ahora dime la verdad que encontraste en tu libro sagrado.

- ¡Oh, magnísimo, deja que te plantee un último acertijo! Después de una fuerte lluvía, dos hombres que caminan por el bosque caen en una charca de lodo. Uno sale sucio y el otro limpio. ¿Cuál se lava?

El rey quedó desconcertado.
- Ya no sé qué responder.
- Ambos pueden bañarse o ninguno.
- Quizás el embarrado se lava otra vez.

El viejo sonrió.

- Si crees, señor, que tres veces se va a repetir un accidente tan increíble, estás dispuesto a creer cualquier cosa.

Maestro: el rey cree que la verdad es un conjunto de palabras que se encuentran en la biblia. El rabino le demuestra que un texto puede dar origen a infinitas interpretaciones. Las palabras son sólo un guía hacia la verdad … el camino lo tiene que recorrer uno mismo.

Fuente: La sabiduría de los cuentos de Alejandro Jodorowsky
martes, junio 21, 2011 |
Se explica la anécdota de que una madre llevó a su hijo de seis años a casa de Mahatma Gandhi.

Ella le suplicó:

- Se lo ruego, Mahatma, dígale a mi hijo que no coma más azúcar.
- Es diabético y arriesga su vida haciéndolo.
- A mí ya no me hace caso y sufro por él.

Gandhi reflexionó y dijo:

- Lo siento señora.
- Ahora no puedo hacerlo.
- Traiga a su hijo dentro de quince días.

Sorprendido la mujer le dio las gracias y le prometió que haría lo que le había pedido. Quince días después, volvió con su hijo. Ghandi miró al muchacho a los ojos creando una gran conexión y le dijo:

- Chico, deje de comer azúcar.

Agradecida, pero extrañada, la madre preguntó:

- ¿Por qué me pidió que lo trajera dos semanas después?
- Podía haberle dicho lo mismo la primera vez que vino.

Gandhi respondió:

- Hace quince días, yo comía azúcar.

Fuente: cuento del libro “Aplícate el cuento”, relatos de ecología emocional de Jaume Soler y Mercè Conangla
lunes, junio 20, 2011 |
Una empresa fabricante de zapatos envió un representante al África para abrir un nuevo mercado. Cuando el viajante volvío a la empresa un mes después, su informe era totalmente negativo.

- En África casi todos van descalzos.
- Por lo tanto no vamos a vender nada.

La dirección de la empresa, que no se dejó desmotivar por la mala noticia, envió un segundo representante a África para averiguar que es lo que pasaba. Cuando éste volvió, un mes después, elaboró un informe bien distinto.

- ¡Estamos de enhorabuena, señores!
- En aquel continente nadie tiene zapatos.
- ¡Tenemos todo un mercado para abrir!

Maestro: ¿Y tú … ves la botella media llena o media vacía? Es una cuestión vital que influye en como transcurrirá tu vida. La decisión es tuya.

Fuente: autor desconocido.
sábado, junio 18, 2011 |
Una pareja de recién casados, se mudó para un barrio muy tranquilo.

La primera mañana en la casa, mientras tomaba café, la mujer vió a través de la ventana, que una vecina colgaba sábanas en el tendedero y dijo:

- ¡Que sábanas tan sucias cuelga la vecina en el tendedero!
- ¿Quizás necesita un jabón nuevo?
- Me agradaría ayudarla a lavar las sábanas.

El marido miró y quedó callado. Y así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina tendía sus ropas al sol y el viento. Al mes, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las sábanas limpias, y dijo al marido:

- Mira, ella aprendió a lavar la ropa …
- ¡Qué bien!

El marido le respondió:

- Mmm … no es lo que piensas.
- Hoy me levanté más temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana.

Todo depende del estado de la ventana, a través de la cual observamos los hechos. Antes de criticar, conviene que averiguamos si hemos limpiado el corazón para poder ver más claro.

Fuente: autor desconocido
viernes, junio 17, 2011 |
Según la tradición popular, Sant Jordi (San Jorge) era un militar romano nacido en el siglo III en la Capadocia (Turquía). El santo, que servía bajo las órdenes del emperador Diocleciano, se negó a ejecutar un edicto del emperador que le obligaba a perseguir a los cristianos y por esta razón fue martirizado y decapitado por sus coetáneos. Muy pronto se empezó a venerar como santo en la zona oriental del Imperio Romano y enseguida aparecieron historias fantásticas ligadas a su figura.

La gesta de san Jorge y el dragón se hizo popular en toda Europa hacia el siglo IX bajo el nombre de “Leyenda áurea” y fue recogida por el arzobispo de Génova, Iacopo da Varazze, más conocido como Iacobus de Voragine, en 1264, en el libro ‘Legenda sanctorum’. En esta versión, sin embargo, la acción transcurría en Libia.

La versión de la leyenda más popular en Cataluña explica que en Montblanc (Conca de Barberà) vivía un dragón terrible con largas uñas y aliento de fuego. Este dragón hacía huir al pueblo, mataba a la gente con su aliento y se tragaba vivas a las personas. Los aldeanos, sin otra solución, decidieron darle dos ovejas a diario para apaciguar su hambre. Cuando terminaron con las ovejas, le dieron vacas, bueyes y todos los animales que tenían, hasta que se quedaron con ninguno.

El rey convocó una reunión, donde decidieron que harían un sorteo y le darían al dragón una persona cada día, para que se la comiese.

Un desafortunado día, le tocó a la hija del rey, y él, entre lágrimas dijo: -Perdonad a mi hija y, a cambio, os daré todo mi oro, mi argento y la mitad de mi reinado, pero os los pido por favor, dejad a mi hija. El pueblo le negó, y el rey pidió ocho días para llorar a su hija. Llegado el día, el rey la vistió y la dejó delante de la cueva, cerca del dragón.

Pero de repente, cuando el dragón ya abría su gran boca para comerse de un mordisco a la princesa, apareció, cabalcando sobre un caballo blanco y con su lanza y su escudo dorado el caballero Sant Jordi, para salvar a la princesa de las garras de aquel enorme dragón. Aquel caballero alzó su larga lanza y de un golpe, el dragón cayó desplomado al suelo, con la lanza clavada en el centro del corazón. De repente, de la sangre del dragón que le brotaba cuerpo abajo salió un rosal, con unas rosas que brillaban con el esplendor del sol, y de repente, el caballero Sant Jordi cogió una, la más bonita de todas, se dirigió a la princesa y se la dio en señal de amor.

El rey le pidió que se casara con su hija y que le daría todo su oro y la mitad de su reinado. Pero el caballero se marcho sobre su caballo blanco sin decir nada. Desde aquel día la gente del pueblo vivió tranquila. Es por eso que en el día de Sant Jordi los hombres regalan una flor a la persona que más quieren, y las mujeres un libro.

Esta misma leyenda, con ligeras variaciones, se repite en las tradiciones populares de Inglaterra, Portugal y Grecia, entre otros países.
jueves, junio 16, 2011 |
Una mujer joven había caído muy enferma y estaba a punto de morir.

- Te quiero tanto, – le dijo a su marido
- No querría tener que dejarte.
- Pero si así ocurriera, no cambies nunca mi recuerdo por la compañía de otra mujer.
- Si lo haces, volveré en la forma de un fantasma.
- Seré para ti la causa de problemas sin fin.

Poco después la mujer fallecía. El marido respetó su último deseo durante los tres primeros meses, pero entonces conoció a una joven y se enamoró de ella. Pronto estaban prometidos en matrimonio.

La misma noche del compromiso, un fantasma se le apareció al hombre, acusándolo de no haber cumplido su promesa. Volvió la noche siguiente, y la otra. Parecía saberlo todo. Le contaba exactamente lo que había sucedido durante el día entre él y su nuevo amor. Siempre que hacía un regalo a su prometida, el fantasma se lo describía hasta el último detalle. Podía repetir incluso conversaciones enteras, y eso causaba tal molestia al novio que no podía dormir. Alquien le aconsejó que fuese a contar su problema a un maestro zen que vivía cerca del pueblo, y al fin, deseperado, el pobre hombre recurrió a él en busca de ayuda.

El maestro comentó:
- Tu anterior esposa se transformó en fantasma y se entera de todo cuanto haces. Cualquier cosa que hagas o digas, cualquier regalo que obsequies a tu prometida, ella lo sabe. Ha de ser un fantasma muy inteligente. Deberías sentirte orgulloso. La próxima vez que aparezca, haz un pacto con ella. Dile que, puesto que sabe tanto, no podrás ocultarle nada, y que si contesta a una pregunta, una sola, prometes romper tu compromiso y permanecer soltero el resto de tu vida.

El hombre preguntó:
- ¿Cuál es la pregunta que debo formular?

El maestro respondió:
- Coge un buen puñado de semillas de soja y pregúntale cuántos granos tienes exactamente en la mano. Si no puede contestar, sabrás que el fantasma era solo un producto de tu imaginación, y no volverá a molestarte.

La noche siguiente, cuando llegó el fantasma, el hombre lo aduló y le dijo que era un fantasma muy sabio, ya que lo sabía todo.
- Efectivamente, – le replicó el fantasma.
- Como sé también que fuiste a ver a ese maestro zen esta tarde.

El hombre sugirió:
- Ya que tanto sabes ¿dime cuántos granos tengo en esta mano?

No había allí ya ningún fantasma que pudiese responder a la pregunta.

Fuente: Carne de zen huesos de zen, antología de historias antiguas del budismo zen de Edaf
miércoles, junio 15, 2011 |
Una noche Nasrudin caminaba en solitario por una calle.

De repente se dio cuenta de que unos cuantos hombres a caballo se dirigían hacia él.

Su mente comenzó a trabajar. Pensó que podían ser asaltantes, que podían matarle. O que podían ser soldados del rey y que podían llevárselo para que prestara el servicio militar o cualquier otra cosa mala. Se asustó y cuando los hombres y el ruido de sus caballos se acercaron, se puso a correr y entró a toda prisa en un cementerio. Para esconderse se tumbó rapidamente en una fosa abierta.

Los jinetes – que eran simples viajantes – se sorprendieron al ver a aquel hombre corriendo. Siguieron Nasrudin y se acercaron a la tumba en que estaba. Él estaba allí con los ojos cerrados como si estuviera muerto.

Los hombres le dijeron:
- ¿Qué te sucede?
- ¿Por qué te has asustado tanto de repente?
- ¿Qué pasa?

Entonces Mulla Nasrudin se dio cuenta de que se había asustado a sí mismo sin motivo.

Abrió sus ojos y dijo:
- Es algo muy complejo, muy complicado.
- Si insistís en preguntarme porqué estoy aquí, os lo diré.
- Estoy aquí por vuestra culpa y vosotros estáis aquí por la mía.

Fuente: cuento tradicional Sufi.
martes, junio 14, 2011 |
En un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo Eliahu de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras.

Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a Eliahu transpirando, mientras parecía cavar en la arena.

- ¿Qué tal anciano? La paz sea contigo.
- Contigo, contestó Eliahu sin dejar su tarea.
- ¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos?
- Siembro, contestó el viejo.
- ¿Qué siembras aquí, Eliahu?
- Dátiles, respondió Eliahu mientras señalaba a su alrededor el palmar.
- ¡Dátiles!, repitió el recién llegado muy sorprendido.
- El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo.
- Ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de licor.
- No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos.

- Dime, amigo: ¿cuántos años tienes?
- Setenta.
- Mira, amigo, los datileros tardan más de cincuenta años en crecer.
- Recién después de ser palmeras adultas estan en condiciones de dar frutos.
- Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojalá vivas hasta los ciento un años.
- Pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras.
- Deja eso y ven conmigo.

- Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró.
- Otro que tampoco soñó con probar esos dátiles.
- Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto.
- Aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea.

- Me has dado una gran lección, Eliahu.
- Déjame que te pague con una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me diste.
- Diciendo esto, Hakim le puso en la mano al viejo una bolsa de cuero.
- Te agradezco tus monedas, amigo.
- Ya ves, a veces pasa esto …
- Tu me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara.
- Parecía cierto y sin embargo, mira ya coseché una bolsa de monedas.
- Y además la gratitud de un amigo.

Maestro: todos los días debemos de sembrar algo, sin importar si vemos los frutos o no.
lunes, junio 13, 2011 |
Se cuenta que había una estatua de un rey, cuyo dedo índice estaba en posición de señalar.


Llevaba la inscripción: “Para obtener un tesoro golpea en este sitio”.

Su origen era desconocido, pero muchas generaciones de personas de aquella ciudad habían golpeado, con todo tipo de instrumentos, en el lugar señalado. Esos golpes, sin embargo, dejaron pocas huellas en la dura piedra, aunque sí fueron mellando la confianza de la población en sus posibilidades de poder obtener la riqueza prometida por la inscripción.

Algunos empezaron a considerar la estatua como una broma de mal gusto, pensada por algún antepasado que quería demostrar algo que nadie lograba entender.

Así como algunos empezaron a mirar a la estatua con notable desconfianza, para otros la frustración era tan grande y profunda que incluso pidieron al alcalde de la ciudad que enterrase cuanto antes el monumento para no tener que verse enfrentados cada día a su propia impotencia.

Un día, un artista de un pueblo vecino, un hombre que disfrutaba contemplando la belleza de las formas de todo lo creado, llegó a la ciudad y se quedó conmovido por la belleza de la estatua.

El hombre estuvo observando desde todas las perspectivas posibles el estilo, las formas, los materiales, el color, y hasta el sonido que producía el viento al rozar aquella obra de arte. Y gracias a aquella amplitud y profundidad de su mirada le fue posible observar que exactamente al mediodía la sombra del dedo que señalaba, ignorada por siglos, trazaba una línea en el pavimiento al pie de la estatua.

Los sufíes cuentan que este hombre, después de observar con detenimiento, marcó el sitio que señalizaba la estatua, obtuvo los instrumentos necesarios, y con una barra hizo saltar la loza.

Para sorpresa de todos la loza resultó ser una compuerta en el techo de una caverna subterránea. En ella había extraños objetos, de una hechura tal que le permitieron deducir la ciencia de su manufactura, hacía mucho tiempo perdido, y en consecuencia pudo acceder al tesoro que la inscripción prometía.

Maestro: perdemos mucho tiempo buscando la belleza y la felicidad en algún lugar remoto, mientras que si supiéramos mirar bien la encontraríamos muy cerca de nosotros.
sábado, junio 11, 2011 |
Cuentan que lo único que cierto sabio sufí dejó en herencia a sus cinco discípulos fue una hermosa alfombra de oración cuadrada.

Cuando hubo pasado el duelo por la muerte de su maestro, los discípulos decidieron separarse. Cada uno quería quedarse con una parte de la alfombra como recuerdo, pero no sabían cómo dividirla.

Discutieron durante largo tiempo para encontrar la solución. No les gustaba la idea de partirla en cinco bandas. Ellos preferían dividirla en cinco pedazos cuadrados ya que de esa forma podrían honrar mejor las enseñanzas de su maestro. Sin embargo, a ninguno de ellos se le ocurrió una solución aceptable, de modo que continuaron juntos, y juntos siguieron orando ante la alfombra.

Maestro: el legado que deja este maestro no fue material (la alfombra), sino dio la inteligencia para pensar que la mejor solución era seguir rezando juntos (algo que quería el maestro).
viernes, junio 10, 2011 |
Cuenta un relato sufí, que había una vez un hombre atormentado por sus problemas que juró que, si se solucionaban, vendería su casa y donaría a los pobres todo el dinero obtenido en su venta.

Sus problemas se solucionaron “milagrosamente” y llegó el momento en que se dio cuenta de que debía cumplir su juramento, pero … no quería regalar tanto dinero, de manera que ideó una forma de eludir la situación.

Puso la casa en venta, valorándola en una moneda de plata. No obstante, quien comprará la casa debía adquirir un gato. El precio pedido por este animal era de diez mil piezas de plata. Hubo quien compró la casa y el gato. El hombre dio a los pobres la moneda de plata y guardó en sus bolsillos las diez mil piezas restantes.

Fuente: cuento del libro “Aplícate el cuento”, relatos de ecología emocional de Jaume Soler y Mercè Conangla
jueves, junio 09, 2011 |
Existe la creencia de que San Bartolomé, patrono de los encuadernadores, ofrece a cada alma, poco antes de nacer, dos libros.

El primero está protegido por unas cubiertas de cuero marroquí, con filigranas de oro y papel de Holanda; el otro se presenta en piel de cabra, sin siquiera curtir, tampoco un solo grabado. Tras haber elegido uno, el alma se encarna en el mundo de los vivos, donde al fin podrá abrirlo.

Quienes eligieron el tomo de hermoso aspecto, descubrirán que ya existe un texto en su interior, una novela donde se revelan todos los pasos que se darán en esta vida, un inventario de acciones que deberá de seguirse al pie de la letra hasta el fin de nuestros días. Cuando la muerte venga a visitarnos, la encuadernación del libro estará deteriorada de tanto uso, las páginas se habrán soltado y las letras apenas serán visibles.

Quienes optaron por el segundo volumen, encontrarán un sinfín de páginas en blanco que deberán de ir rellenando con las decisiones que tomen libremente, eligiendo en cada momento hacia donde encaminar sus existencias, haciéndose desde el primer instante dueños de sus propias vidas. A medida que las páginas vayan siendo escritas, el libro irá adquiriendo, casi por arte de magia, un aspecto más lustroso, las cubiertas parecerán haber sido encuadernadas en los mejores talleres del mundo y las filigranas despertarán la admiración de los grandes grabadores de la historia. Al final, cuando el cuerpo suelte su último aliento, el tomo será tan hermoso y contendrá tales proezas que pasará a formar parte de la gran Biblioteca del Conocimiento Humano.

Fuente: Leyenda sacada del prólogo del libro “La encuadernadora de libros prohibidos” de Belinda Starling
miércoles, junio 08, 2011 |
El joven Tanit fue a ver al sabio del pueblo y le preguntó:
- Señor, ¿qué debo hacer para conseguir lo que yo quiero?

El sabio no contestó. Tanit se marchó después de repetir su pregunta varias veces con el mismo resultado.

Volvió al día siguiente con la misma pregunta. De nuevo no obtuvo ninguna respuesta por lo que volvió por tercera vez y repitió su pregunta:
- ¿Qué debo hacer para conseguir lo que yo quiero?

El sabio le miró y dijo:
- Ven conmigo

Y se dirigieron a un río cercano. Entró en el agua llevando al joven de la mano y cuando alcanzaron cierta profundidad el sabio se apoyó en los hombros del joven y lo sumergió en el agua. Pese a los esfuerzos del joven por liberarse, allí lo mantuvo el sabio un largo rato. Al fin lo soltó y Tanit pudo recuperar su aliento.

Entonces el sabio le preguntó:
- Cuando estabas bajo el agua, ¿qué era lo que más deseabas?

Sin vacilar Tanit contestó:
- Aire, quería aire.
- ¿No hubieras preferido mejor riquezas, comodidad, placeres, poder o amor?
– No, señor, deseaba aire, necesitaba aire y solo aire – fue su inmediata respuesta.
- Entonces – contestó el sabio -, para conseguir lo que tú quieres debes quererlo con la misma intensidad que querías el aire, debes luchar por ello y excluir todo lo demás.
- Debe ser tu única aspiración día y noche.
- Si tienes ese fervor, conseguirás sin duda lo que quieres.

Maestro: con el esfuerzo, la insistencia y centrando tu energia en una única cosa conseguirás todo lo que te propones

Fuente: autor desconocido
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