miércoles, octubre 12, 2011 |
La ley del enamoramiento declara que el enamoramiento existe para abrir la puerta a una realidad más profunda, más trascendente. Sucede cuando la atracción entre dos personas es tan intensa que los transporta mas allá de la percepción ordinaria y el mundo ordinario se vuelve mágico. Te lleva más allá de lo banal y mundano, te eleva por encima de las preocupaciones ordinarias. En términos espirituales, la visión amorosa de los amantes es como la clarividencia mística de los santos. En el delirio del enamoramiento todo parece nuevo. Los amantes que se encuentran en este estado se idolatran el uno al otro. Si el enamoramiento es locura, la sanidad palidece a su lado. El enamoramiento es el segundo nacimiento de la inocencia; como un recién nacido, la mirada del amante enamorado vuelve al mundo un lugar sagrado. 

Aunque los amantes hablen de renacer, en realidad la fuente de novedad no es una nueva persona sino un cambio de percepción. Este cambio los lleva de la separación a la unidad. El amante enamorado accede a un mundo trascendente e inmanente al mismo tiempo, como si Dios hubiera decidido vivir en las flores y los árboles, así como en el cuerpo de su amante. Y es principalmente en el cuerpo amado en donde reside lo sagrado. Los amante pueden desconocer el significado de inmanencia o trascendencia, pero claro, las palabras no son la realidad, son sólo descripciones vacilantes de la realidad. El mundo inmanente es el mundo ordinario, evidente a nuestros sentidos: material, cambiante, sometido al paso del tiempo. El mundo trascendente está más allá del material, es eterno y atemporal. El enamoramiento abre la puerta a esta realidad trascendente. 

Es común escuchar comentarios cínicos sobre los amante enamorados: “Me pregunto que ven el uno en el otro”, pues cuando se ven desde afuera parecen gente ordinaria. Sin embargo, son los amantes, los enamorados, quienes han accedido a una realidad más verdadera, pues han descubierto lo extraordinario en lo ordinario. Encuentran tras las apariencias un mundo que no tiene límites ni causa ni tiempo. 

Rumi, el más grande poeta sufí, nos dice: “Mas allá de las ideas del actuar bien o del actuar mal, hay una pradera. Te veo ahí.” Este ”ir más allá” requiere un nuevo nivel de conciencia, algo que se ha llamado “atención secundaria”. La atención primaria es la conciencia ordinaria que te permite ver lo obvio, lo aparente, lo que todo mundo ve. La atención secundaria es una nueva conciencia extraordinaria. Te permite penetrar la máscara de la apariencia y ver la luz, donde todo se conecta mágicamente con todo. En uno u otro momento todos hemos experimentado esa calidad de conciencia, la atención secundaria, cuando nos dejamos transportar por una obra de arte, por música o por el sexo. 

Me gustaría dar unos ejemplos de cuando esta realidad secreta atraviesa la máscara de la vida cotidiana de manera inesperada. Considera que has experimentado estos momentos, sin importar que tan fugaces sean, cuando hayas vivido alguna de las siguientes experiencias: 
· Estas en medio del peligro y sin embargo te sientes protegido. 
· Alrededor de ti hay turbulencia, caos y ansiedad, pero sientes paz interior. 
· Algún conocido sufre una enfermedad incurable , y comienza a curarse, ya sea para siempre o por un tiempo 
· Escuchas una voz interior: No te habla con palabras, es pre-lingüística e intuitiva. Te guía a tomar decisiones espontáneas y correctas, tejiendo tu destino. 
· Te maravillas al mirar a un recién nacido, o por el mero hecho de existir. 

Todos estos son ejemplos de la realidad secreta que se manifiesta sólo en la atención secundaria. El enamoramiento abre la puerta a esta realidad secreta.

En resumen, si quieres experimentar el mundo mágico de los enamorados, busca lo extraordinario en lo ordinario. Aprende a ir más allá de las apariencias. Busca lo milagroso en la vida cotidiana. Cultiva tu conciencia a través de la atención secundaria. La próxima vez que veas una flor, mírala detenidamente hasta que logres ver el sol, la lluvia, el arco iris, la tierra, el fuego y el polvo; entonces podrás decir como Rumi: “Mas allá de las ideas del actuar bien o del actuar mal, hay una pradera. Te veo ahí.” 

Extracto del libro KAMASUTRA de Deepak Chopra
Enviado por José Prieto
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1 Dejaron huellas de su paso...:

On 12/10/11 07:52 , Anónimo dijo...

Demasiado bonito para ser cierto, sin embargo, lo es. Solo uno sabe lo que siente cuando está en ese estado.

 
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