viernes, marzo 25, 2011 |

Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. Le dijo entonces:
Vaya que te ves mal. ¿Qué te pasó?
La rosa contestó:
Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual.
El sapo solo contestó:
Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín.
Moraleja:
Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos, más bellos o simplemente que no nos "sirven" para nada. Dios no hace a nadie para que esté sobrando en este mundo, todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera estemos conscientes.
Category:
Reflexiones
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5 Dejaron huellas de su paso...:
Una muy bonita lección.
Gracias Siry, por mantenerte en forma constantemente.
Preciosa fábula
y muy útil moraleja que debemos aplicar tantas veces en la vida, ¡que poco duraría una rosa si le quitan al rosal las espinas!.
Un beso
Hola Siry, que buen relato a veces no le damos valor a lo que tenemos a mano. Gracias por dejarnos estos hermosos post! Besos
limda moraleja..bonito cuento..gracias por contarlo
besos
es una buena historia, pero, ¿qué pasa cuando no nos sentimos mas que los demás, sino, menos?
¿que pasa si no creemos que sirvamos en el lugar donde estamos?