Para lograr una pareja perfecta se requiere de mucho trabajo y paciencia. Hay una serie de etapas que una relación amorosa debe atravesar para consolidarse exitosamente. 

Lograr la pareja perfecta no es imposible como puede parecer a simple vista, es una meta que se logra con esfuerzo y mucha paciencia, pero perfectamente viable. La relación amorosa tiene una serie de etapas que deben atravesarse exitosamente para lograr la convivencia feliz. 

• Atracción física: esta etapa no se limita a la apariencia física, sino que incluye la forma de pensar, la conversación, su manera de actuar y la forma en que trata a los demás. Esta es la etapa que da inicio a la relación. 

• Compatibilidad: cuanto mayor sea la compatibilidad, menores serán los conflictos. Por esto debemos atender a este aspecto desde el principio. Si se comparten gustos musicales, culinarios, vestimenta, arte, mobiliario, entre otros elementos de la vida cotidiana. Es la segunda etapa de la relación y es determinante para afrontar las otras. 

• Compartir el ocio: si se comparten gustos en cuanto a las actividades recreativas y deportivas, entonces la relación se solidifica. Se trata de compartir pero manteniendo espacios propios, sin perder la identidad. 

• Compenetración intelectual: en este punto entra la forma de ver el mundo que el otro tiene. Sus opiniones, valores, creencias, puntos de vista. 

• Compenetración espiritual: si se alcanza este nivel, se puede pensar que la relación será duradera. De forma natural, los individuos pasan a formar un “nosotros”. La mayoría de las parejas no alcanzan este nivel y esa sería una de las principales razones de que fracasen. 

• Compenetración emocional: se trata de aceptar al otro tal cual es, con sus defectos y virtudes. • Compenetración sexual: la mayoría de las parejas pasan de la segunda etapa a esta porque no saben entablar una relación amorosa sin sexo. 

• Amor incondicional: es cuando los sentimientos no se ven afectados por las circunstancias o por los defectos del compañero, sin que por ello, ninguno de los integrantes de la pareja debe anular su identidad o sufrir.