lunes, septiembre 30, 2019 |
Es frecuente que la palabra «cólera» evoque escenas de extrema violencia. En consecuencia, se tiene un gran miedo a experimentar esta emoción. A algunos maestros espirituales les resulta extremadamente difícil ver en la cólera y en el deseo de venganza realidades psicológicas en sí mismas sanas. En virtud de una concepción del amor mutilada, consideran que hay que reprimir cualquier impulso agresivo. 

Pero, ¡cuidado! No se trata de fomentar o alimentar el resentimiento. Es frecuente la confusión entre la emoción espontánea de la cólera y el resentimiento. Y es preciso distinguir desde el principio la emoción pasajera de la cólera y el deseo de venganza del sentimiento voluntario y cultivado de odio o de resentimiento. Aunque la cólera sea un movimiento violento del alma, tiene, pese a las apariencias, elementos positivos. Es una reacción normal ante una injusticia, una búsqueda de autenticidad y un esfuerzo para suprimir el obstáculo que oculta el amor ajeno. El resentimiento, por el contrario, se implanta en el corazón humano como un cáncer y camufla una cólera sorda y tenaz, que sólo se aplaca cuando el ofensor es castigado o humillado. 

El siguiente ejercicio te permitirá entrar en contacto con tu cólera para acogerla y comprender lo que puede hacer por ti. Es posible que durante el ejercicio entres en contacto con una emoción distinta de la cólera, pero no interrumpas el proceso. Detrás de la cólera es frecuente que se oculten un sufrimiento inconsciente y una gran vergüenza
 
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