lunes, abril 09, 2018 |
Cómo definir el Aura Humana 

El aura humana es el campo de energía que rodea al cuerpo físico, y se caracteriza por ser tridimensional En una persona sana, el aura es elíptica, es decir que describe alrededor del cuerpo la forma de un huevo 
Se compone de cuatro cuerpos energéticos: 
El cuerpo etérico (de la salud) 
El cuerpo emocional (astral) 
El mental y 
El espiritual. 

Cada uno de ellos tiene una función diferente y se diferencia en su frecuencia vibratoria, color, forma, entre otros. 

Cuerpo etérico
Crea una capa protectora de 5 cm contra bacterias y gérmenes patógenos productores de enfermedades 
Cuerpo emocional
Al expresamos sentimientos, emociones y características de carácter 
Cuerpo mental
Expresamos nuestras ideas y pensamientos. Su radiación tiene forma oval  
Cuerpo espiritual
 Representa la frecuencia más alta 

El Aura de la materia 
El Aura es el campo de energía que rodea a toda materia. 
Toda materia animada o inanimada tiene campos de energía que obedecen al carácter atómico de su estructura 
Por lo tanto, donde hay una estructura atómica hay un aura que le corresponde, es decir, un campo energético que lo rodea. 
Cada átomo de cada sustancia consta de electrones y protones en continuo movimiento, y estos electrones y protones son vibraciones de energía magnética y eléctrica. 
Los átomos de la materia viviente son más activos y vibrantes que los de la materia inanimada. 
Los campos animados son más fuertes y más fácilmente detectados, pero unos y otros pueden ser utilizados para ampliar nuestro campo energético individual, de manera que los campos energéticos de los árboles y de las plantas, los animales y de las personas, son más fácilmente detectados y percibidos. 

El aura de los animales
Existen serias investigaciones referidas a la influencia benéfica de las mascotas sobre personas enfermas o ancianas. 
Ayudan a balancear el aura, estabilizando las energías físicas, emocionales, mentales y espirituales. 
Cuanto mayor es el contacto, mayor es el intercambio de energía. 

El Aura y la Muerte 
El Aura de los difuntos nos acompaña mas allá de la muerte 
Un aspecto importante del proceso de duelo por la muerte de un ser querido es la liberación, por parte de sus parientes de las energías muertas que esta persona compartió con ellos. 
La duración de este proceso es directamente proporcional al tipo de relación que ha mantenido con el fallecido. 
Incluso en las familias en las que las relaciones no parecen ser demasiado estrechas, hay después de una muerte, una fuerte sensación de debilidad, de astenia, que obedece a la pérdida de las energías del muerto que aún se encuentran en el cuerpo de los parientes. 

Nuestro cuerpo ínter-actúa con la naturaleza 
La interacción con la energía de la naturaleza nos permite balancear y limpiar nuestra aura. 
La costumbre de abrazar a los árboles, por ejemplo, tiene su razón, ya que estos constituyen campos dinámicos de energía, que interaccionan con los campos energéticos humanos también de manera dinámica. 
Esta interacción natural entre un campo de energía y otro puede ser vista como una especie de ósmosis entre nuestras energías y las del medio que nos rodea. 
Nosotros absorbemos energía de las plantas, los árboles, de las flores, los animales y hasta el aire mismo. 
Cada árbol tiene su propia y única frecuencia, así como la tiene cada ser humano. 
Por este motivo, se puede abrazar diferentes árboles con diferentes propósitos. 
Abrazar a un sauce, o sentarse debajo de él durante cinco minutos, por ejemplo, alivia el dolor de cabeza 
El pino actúa sobre la energía humana, limpiando, es decir, absorbiendo del campo áurico las emociones negativas, especialmente los sentimientos de culpa. 
Pero, lejos de hacerse daño por la influencia de energía negativa, el pino reabsorbe como un verdadero fertilizante que redunda en favor de su desarrollo. 
El aspecto del campo áurico en que más se ha enfatizado hasta aquí es el de la energía como emanación del cuerpo físico. 
Vivimos en una época en que la ciencia y la tecnología tienen la capacidad de verificar los campos de energía de todo ser vivo, especialmente los que emanan del hombre. 
Estas emanaciones energéticas del cuerpo implican, a su vez, campos magnéticos eléctricos , electromagnéticos sonoros y luminosos. 
Algunos de ellos son generados en el interior del cuerpo, otros son recibidos desde fuera y transformados por el cuerpo. 
 Parte del significado y el poder de los tótems, tal como se encuentra en la tradición indígena de América y de otras sociedades primitivas del resto del mundo, por ejemplo, consiste en el aumento de la energía propia a través de la energía totémica. 
Cuanto mayor es el contacto del individuo con el tótem, más poderoso se convierte. 
Como veremos al considerar las dimensiones del aura, ella es más fuerte y más grande cuando se está en contacto con un elemento natural. 
Si la persona está calzada, el resultado de la medición será diferente del que se obtiene si está descalza, porque el contacto directo con la tierra tiene una influencia decisiva. 
Cabe decir que las auras son diferentes bajo diferentes circunstancias. 
Las energías de la naturaleza son, fácilmente absorbidas y transformadas por el cuerpo. 
El medio Marino tiene los tres elementos básicos de la vida: el fuego del sol el aire marino, el agua y la tierra. 
El cuerpo humano puede absorber esta energía y transformarla en salud, ya que de esta manera el sistema energético en su totalidad se restablece. 
La asociación y el contacto con los tres elementos primordiales restituyen el equilibrio individual. 
Sin embargo, el aura no está constituida por energía absorbida y transformada a partir de elementos de la naturaleza. 
Es más bien una sutil interacción entre el cuerpo y los campos de energía celestes. 
La influencia de los astros tal como se describe en la astrología es captada y transformada en expresiones de energía dentro del individuo
Algunas influencias planetarias pueden impactar de manera más intensa y evidente que otros. Cada persona tiene su propio sistema de energía y su forma individual de intercalar y trabajar con las sutiles influencias que nos rodean.
Con un poco de estudio, perseverancia y auto examen, es posible incrementar la percepción de estas influencias y aprender a trabajar con ellas creativa y productiva- mente.
Es necesario que conozcamos como nuestro campo áurico interactúa con las fuerzas y energías exteriores, como nuestra aura afecta la energía de los demás y es afectado por ella.
Por ello, es fundamental que aprendamos a reconocer los límites y la fuerza de nuestro campo de energía, ya detectar los momentos en que resulta necesario desarrollarlo, equilibrar, o limpiarlo.

Un campo áurico débil
Se define por la capacidad que tienen las influencias externas de hacer impacto sobre la persona que fluye o radia
Una persona que tiene el campo áurico débil, seguramente será una persona manipulable y que se cansa muy a menudo, mucho más que la que tiene un campo áurico fuerte
Una aura frágil refleja sentimientos de fracaso, problemas de salud y falta de control sobre uno o varios aspectos de su vida.
El control de nuestro entorno comienza con el control de nuestra energía. De modo que el fortalecimiento del aura permite mejorar diferentes aspectos de nuestra existencia.

El aura puede debilitarse por:
Una dieta pobre, falta de ejercicio, falta de aire puro, falta de descanso, estrés, alcohol, drogas, tabaco, hábitos negativos en general y una actividad física inapropiada

El Aura y las enfermedades
Las personas enfermas tienen el aura reducida, se pueden observar grietas y agujeros en el cuerpo etéreo, y colores borrosos en el cuerpo emocional, el cuerpo mental posee una estructura caótica y espiritual está poco definido
La enfermedad manifestada en nuestro cuerpo es una muestra que nos avisa que estamos pensando o actuando inadecuadamente, es un camino de aprendizaje.
Nos evidencia de nuestros errores en las relaciones con los demás y con uno mismo a nivel físico, emocional, mental y espiritual

La anatomía del Aura
Así como mi cuerpo es una forma compleja en la que confluyen muchas otras formas mi aura también lo es.
El aura, en sentido estricto, es un ovoide de emanaciones de luz que rodea e inter-penetración el cuerpo físico.
Mide entre 40 y 45 centímetros, pero como el material del que está formada es muy elástico, puede expandirse más allá de estos límites.
Así como hay individuos introvertidos y otros extrovertidos, hay individuos con mayor capacidad de proyección del aura que otros.

¿Por qué, siendo el aura un conjunto de emanaciones de luz, puede mantener una forma definida? 
Gracias a las corrientes subyacentes de energía las cuales integran un campo magnético, la totalidad del aura está compuesta de diferentes tipos de emanaciones.
Nuestro cuerpo material genera un campo de corrientes eléctricas (un campo eléctrico) a nuestro alrededor.
Este es el primero, y el más denso, los diversos campos de fuerzas que constituyen la totalidad del aura
Los estudiosos de la energía generada por los cuerpos aseguran que tenemos un segundo cuerpo, el cual si bien es de naturaleza física, es más etéreo y tenue si lo comparamos con lo que solemos denominar cuerpo físico.
El ocultismo lo llama cuerpo astral, nosotros, en cambio, decimos cuerpo etéreo.
A pesar de esta denominación, sin embargo, no debemos olvidar que se trata de un cuerpo de naturaleza física.
En realidad, se trata del cuerpo físico más genuino, ya que nos acompaña desde el nacimiento hasta la muerte, y es mucho más estable que el cuerpo material, sujeto a constantes cambios y alteraciones de todo tipo.
En el cuerpo etéreo no sólo ingresa y egresa materia física, sino también energía.
Estas energías circulan a través de él, proveen sus necesidades energéticas y luego son irradiadas en forma de luz brumosa que se extiende algunos centímetros más allá de la superficie corporal.

Esta luz brumosa es el aura etérea
Como se puede observar, entonces, el aura no es una estructura absolutamente homogénea, sino que en ella es posible distinguir diferentes conformaciones o niveles.
Pero, además, sus medidas no son constantes, ya que el intento de comunicación la expande.
Por ejemplo: Cuando nos enamoramos cuando mimamos a nuestros hijos, cuando desarrollamos una actividad vinculada con la profesión que amamos, también cuando hablamos en público, o realizamos un acto comunicativo de cualquier otra clase, nuestra aura se expande significativamente.
La uniformidad de tamaño con el que aparece representada en diferentes publicaciones, obedece a una simple cuestión de convención.
En general los contornos del aura son esfumados para permitir la normal circulación de energía pero el dolor, la angustia y la enfermedad son capaces de hacer modificar esta característica.
En circunstancias como las mencionadas, el aura se visualiza como "errada" en su propio contorno
Hay emociones que también pueden volverse más densa y hacer que sus colores se vean más opacos o turbios
Su capacidad para reflejar los cambios de la persona de la cual fluye la energía es una de sus cualidades distintivas.
De modo que el aura constituye un espejo fiel, no sólo de nuestro estado físico, sino también de nuestro estado espiritual, mental y emocional.
A través de la lectura del aura podemos determinar el momento físico y psicológico que atravesamos nosotros mismos o que atraviesa otra persona
Es más, aunque nuestra innata capacidad de olvido nos permite liberarnos, al menos en parte, del recuerdo de situaciones muy traumáticas de nuestra vida, ellas quedan registradas en el aura.

¿De qué manera?
Como torbellinos de energía de mayor densidad.
Ahora bien, los cambios que se producen en el aura no son cambios totales.
Hay una parte del aura que es relativamente estable, y que podríamos considerar el fiel reflejo de nuestra personalidad en su conjunto.
En efecto, nuestras variaciones anímicas, por ejemplo, modifican nuestra disposición a la alegría y la tristeza, pero esta disposición variará siempre de acuerdo con un determinado "patrón ".
Este patrón más o menos fijo puede identificarse con nuestra personalidad, nuestro "yo"

¿Qué leemos en el aura?
Cuando leemos el aura, por tanto, leemos simultáneamente tres cosas:
Las características innatas,
Las huellas de la experiencia y
Las posibilidades de desarrollo en el futuro, es decir las potencialidades.
En una persona emocionalmente equilibrada y una mayor simetría entre la zona superior y la inferior del aura, simetría que se refiere tanto a la forma como al color.
Los chakras son centros de energía que se encuentran en el interior del aura, de manera que forman parte fundamental de su estructura.
La relación que guardan entre sí los Chakras es muy compleja, pero también es armónica, por lo que puede decirse que conforman un verdadero sistema.
En tanto son centros de energía, resulta fácil deducir por qué los cambios emocionales u otro tipo de cambios se reflejan en el aura
Una emoción fuerte, como los celos o la ira, por ejemplo, consumen mucha energía.
Cuando una persona experimenta este tipo de emoción, se produce un vaciamiento de energía en el plexo solar, y como el aura está constituida por las emanaciones energéticas del cuerpo físico (entendido éste en un sentido amplio, es decir, considerando también el cuerpo etéreo), el fenómeno operado se refleja en ella
Este vaciamiento de energía se inscribe en el aura, aunque su marca no perdura allí por mucho tiempo.
Otros sentimientos, como la depresión y la angustia, por el contrario, al tener un "tempo intrínseco" más lento permanecen inscritos en el aura durante más tiempo.
La enfermedad también produce sensibles modificaciones de la energía que emana de los Chakras, de modo que también se reflejan en el aura las diversas enfermedades.

El aura y los cambios que se producen en ella
Reflejan en los aspectos físicos, emocionales, mentales y espirituales del individuo.
Los colores, la claridad y luminosidad que manifiestan, el tamaño y la forma del aura y todas sus características particulares, proveen información sobre el ser, el individuo que la emana.
Por esta razón, no basta con aprender a ver el aura; hay que aprender también a interpretarla, lo que es un poco más difícil
En general, un campo áurico débil nos hace más susceptibles a las influencias externas.
Un buen ejemplo puede encontrarse en nuestro puesto de trabajo.
Cuando estamos descansados y serenos, el ruido dentro de la oficina, el murmullo, las impresoras o el clic más sutil de las computadoras, no nos afecta mucho y podemos ignorar fácilmente por concentrarnos en nuestro trabajo.
En cambio, cuando por alguna razón, por ejemplo, si estamos cansados nuestra energía disminuye también disminuyen nuestras vibraciones áuricas
Los ruidos del entorno ingresan en nuestro campo áurico y crean en nosotros una sensación de disgusto e incomodidad.
Cuanto más prevenidos estemos de este fenómeno, tanto más fácil nos resultará tomar las medidas para preservar de él, manteniendo protegida y equilibrada nuestra aura.
Cada vez que tenemos una reacción emocional fuerte, se produce un cambio en nuestra aura
Esta reacción puede afectar el color, o la forma, o cualquiera de los variados aspectos del aura.
Lo mismo sucede con las respuestas mentales o espirituales.
Todas las actividades en las que estamos involucrados se reflejan, de una manera u otra, en nuestra aura.
Tanto los colores en sí mismos, como su intensidad, varían de manera contrastante a lo largo del día. Todo depende de lo que esté sucediendo en nuestra vida.
En general, hay una o dos vibraciones de color que son más constantes que el resto.
Esta constancia refleja patrones de energía que mantenemos por ciertos periodos más o menos prolongados, que abarcan desde un mes hasta un año.
La cuantificación del color durante este período puede constituir una especie de "barómetro ".
Por ejemplo, la abundancia de verde en el aura con una extensión de entre 1,20 y 1,80 metros alrededor del cuerpo puede reflejar un período de crecimiento y cambio que se extenderá durante cuatro o seis meses.
Sin embargo , no se puede ser demasiado rígido en este tipo de interpretación.
En el largo de el día, puede ocurrir una amplia variedad de cambios de colores, que sobreimprimen al patrón básico de la energía correspondiente a este período de nuestra vida.
Dentro del verde, por ejemplo, puede haber muchos otros colores e intensidades, y todos ellos son el reflejo de diferentes aspectos de crecimiento y cambio.
Por ello, la interpretación del aura presenta cierta dificultad, y requiere que se efectúe un proceso de prueba por acierto y error, a lo largo del cual se ponen en juego tanto nuestros conocimientos como nuestra intuición .

Autor Ramón Puig
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0 Dejaron huellas de su paso...:

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