miércoles, junio 04, 2014 |
Son muy pocas las personas que pueden enfrentar una enfermedad con un
sentido profundo, con el sentido de enterarse de qué es lo que está
sucediendo y por qué se ha manifestado su enfermedad. A la mayoría de las
personas les resulta muy cómodo y tranquilizador el uso de fármacos o una
cirugía para mejorar su estado de salud. Acudir a la medicina tradicional
para superar su dolencia lo mas pronto posible se convierte en el único
propósito, perdiendo de vista la inmensa información que esa dolencia le
puede aportar a su vida para mejorar algún aspecto importante y además,
para evitar volver a enfermar de lo mismo o de otras dolencias que se
relacionan con el mismo tema.
La persona que recibe su enfermedad sabiendo que es un estado de
desequilibrio producido en su interior comenzará a informarse, observarse,
corregirse y aprenderá algo importante para su vida, sin dar tanta
importancia a la dolencia en si misma, sino, rescatando el mensaje mas
valioso que es conocer la causa del desequilibrio. La persona que logra
comprender el mensaje sana de inmediato y es muy poco probable que vuelva a
manifestar la misma enfermedad nuevamente. Cuando acepta el reto, su vida
mejora en los aspectos que se relacionan a la creación de su enfermedad,
teniendo la posibilidad de desarrollarse mas plenamente, mas sano y mas
feliz.
La persona que se deja sanar por agentes externos, sin hacer los cambios
internos, tiene muchas probabilidades de volver a manifestar la misma
enfermedad varias veces, y si se ha acogido a una cirugía es posible que
luego enferme otros órganos del cuerpo.
Cuando comprendemos que la enfermedad es una posibilidad de crecer y
hacernos más fuertes, las cosas se desarrollan de forma muy distinta a lo
que sucede, con una persona que aun no lo ha comprendido. Es verdad que
resulta muy sencillo acallar un dolor con un analgésico, y olvidarse del
asunto, pero también es verdad que la tarea que emprende el que comienza a
escavar en su interior a partir de ese dolor físico, saldrá renovado, mas
maduro, mas consciente y con la practica no volverá a necesitar enfermar
para mejorar algún aspecto de su vida.
Se sabe de lugares donde las personas gozan de una excelente salud y una
larga vida y se han trazado factores claves que determinan esa condición.
Ellos son más felices, ríen mucho, tienen más libertad, más tranquilidad y
disfrutan de la vida en una forma más acentuada que los demás. Por alguna
razón, ellos han descubierto que se puede vivir en perfecta salud y lo
practican.
No podemos desconocer que al comenzar a observarnos vamos a encontrar una
infinidad de cosas desagradables que en muchas ocasiones nos hacen sentir
aun más mal que antes de hacerlo. Sin embargo, la tarea dará sus frutos sin
excepción y los beneficios serán elocuentes.
La gran tarea de observarse es una bendición, si bien a veces dolorosa al
principio, luego se vuelve tan agradable y necesaria como el aire para
respirar. Será necesario atravesar las grandes verdades espirituales, las
grandes verdades emocionales y las grandes verdades mentales, para llegar
al mundo físico donde solo se está manifestando lo que sucede en nuestros
cuerpos energéticos.
Esto requiere tanta paciencia y tanto amor por uno mismo, que a veces
creemos estar en una travesía titánica que solo podría realizar algún ser
con poderes especiales y divinos. Sin embargo, todos y cada uno de nosotros
se encuentra perfectamente capacitado para llevarla a cabo.
Lo más complicado de esto, puede ser iniciar la búsqueda en el interior que
nosotros mismos fuimos creando con la aceptación de nuestra realidad, con
las experiencias de vida, con las ideas de la conciencia colectiva y que
dejamos entrar sin haber podido filtrar. Permitimos entrar mucha
información y muchas emociones que no corresponden a nuestra condición de
seres divinos eternos y no nos damos cuenta de ello porque no hemos tenido
las referencias de la verdad. Encontrar esto y revertirlo a veces es
realmente una hazaña, pero es absolutamente posible.
Parece tan normal permitir la entrada de ideas limitantes, incluso es mas,
si no lo hacemos nos sentimos extraños, fuera de lo normal, insensibles o
egoístas. Por ejemplo, cuando aceptamos la idea de que somos vulnerables,
creemos que cualquier situación o persona nos puede dañar, renunciando a
nuestra libertad y grandeza y como consecuencia de eso nos enfermamos. Otro
ejemplo es cuando aceptamos la idea de que estamos solos y desamparados,
renunciamos a la red y la fuente de la que formamos parte, renunciamos a la
seguridad del sustento que nos pertenece por derecho divino y como
consecuencia de eso enfermamos. Cada vez que renunciamos a alguna verdad
enfermaremos.
Muchas veces el desequilibrio energético se encuentra alojado en el cuerpo
emocional. La revisión mental nos resulta relativamente sencilla, comparada
con la revisión emocional. El cuerpo emocional es tan propio, tan interno y
tan característico, que nadie mas puede introducirse allí para hacer algo
por nosotros, solo nosotros podemos. ¿Quién puede llegar a saber con
precisión lo que estas sintiendo, las emociones que te están embargando?,
¿Quién puede encontrarlas por ti y quien puede reemplazarlas por ti? ¿Quién
puede tomar tus emociones y echarlas al tarro de la basura y ponerte dentro
las que te hacen bien? ¿Quién puede regalarte o venderte las emociones y
las verdades que te estas negando?
Por eso el camino a la sanación se hace angosto y pesado. Resulta tan
sencillo ingerir algo y olvidarte de todo. Sin embargo, nada que no sea
nuestro trabajo interior será verdaderamente sanador. Hemos venido aquí a
descubrir lo que somos, a darnos cuenta de que podemos volver al hogar, a
encontrar el camino de regreso casa y la enfermedad es una guía, una guía
maravillosa y valiosa, tan valiosa que hasta la puedes recibir con alegría.
¿Pero quien recibe su enfermedad con alegría? Generalmente, cuando
enfermamos nos llenamos de miedo, de dolor, de angustia, desesperación y
una urgencia por encontrar quien pueda arreglarlo por nosotros porque nos
sentimos indefensos.
Sentirnos indefensos frente a nuestra enfermedad no nos ayuda. Es
preferible darle la bienvenida y recibir su mensaje para iniciar la tarea
de corregir, crecer, amarnos, y aceptar nuestra grandeza infinita. Aceptar
esta verdad nos sanará definitivamente.
La ciencia, los fármacos y tantas otras cosas pueden ayudar a palear la
enfermedad, pero en definitiva solo cada cual puede sanarse a si mismo.
Muchas veces ni siquiera es necesario saber cual es exactamente el
desequilibrio que te afecta, a veces solo es necesario reconocer que algo
se puede mejorar para que el universo ofrezca las soluciones. Somos tan
amados y tan bendecidos, que el solo hecho de poner a disposición nuestro
desequilibrio a la voluntad de Dios puede sanarnos. No es necesario que
este proceso sea largo y doloroso, no hay ninguna necesidad de sentir dolor
y angustia. La persona que está más acostumbrada a revisarse se sentirá más
segura y tendrá la certeza de la sanación en cuanto se disponga a
comprender que algo de importancia sucede en su interior. No sentirá la
urgencia de mejorar y se tomará el espacio de reposo para mirarse con amor
a si misma y aprovechará la posibilidad de amarse un poco mas, cada vez un
poco mas. Esta persona a comprendido que ha enfermado justamente por eso,
porque debe aumentar el amor a si misma y lo hará.
Patricia González.
–
Cuando una banda de visionarios se une para empujar los límites del
universo conocido, abren de par en par las puertas atascadas de la
evolución para todos….
– EL REINO ANGELICO AMPLIFICA LA LUZ; EL REINO HUMANO LA DIFUNDE.
Arcangel Miguel…
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Category:
Reflexiones,
Salud y vida
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