viernes, mayo 13, 2011 |

Una de las definiciones que la Real Academia da a la palabra inteligencia es “destreza”. En muchas ocasiones se ha asociado ésta al desarrollo del coeficiente intelectual (CI), lo que, en cierta forma es correcto, sin embargo, la inteligencia puede abarcar más aspectos de la vida del ser humano y ser de diversas índoles. Hoy me gustaría compartir brevemente contigo un tipo de inteligencia muy importante: la inteligencia emocional (IE).

Antes de hacer éste artículo de la manera clásica y empezar a definir lo que es la IE, me gustaría primero abrir tu mente y corazón contándote ejemplos reales de maestros y hombres triunfadores que han aprendido a usar este tipo de “habilidad emocional”.

Robert Kiyosaki, hombre de negocios y maestro recalca la importancia que la IE tuvo en su vida para alcanzar el éxito financiero; Diego Forlán, balón de oro del último Mundial de Fútbol, usa de este tipo de habilidad en los deportes, según manifiestan sus propios entrenadores. Margaret Thatcher, supo tener el coraje de ayudar como Primera Ministra de Inglaterra a su país en momentos difíciles usando, además de su poder, habilidad emocional. Así, hay varios testimonios reales.

Ahora bien, ¿qué es Inteligencia emocional? La definiré, sencillamente, como la habilidad para conocer tus sentimientos y tener control sobre ellos. En otras palabras es la capacidad de no dejar que tus emociones te manipulen a su antojo. Es una lástima ver gente con mucho talento y capacidad pero con tan poco control de sus emociones, hombres que tienen la habilidad para triunfar pero debido a su falta de autocontrol y dominio propio están más cerca de acabar mal una carrera o de vivir tomando decisiones equivocadas durante el resto de su vida.

Aún tú, que me lees, o yo, si hubiésemos usado la IE -o dominio propio emocional en circunstancias del pasado-, ¿cuántas situaciones duras, tristes o embarazosas nos hubiéramos evitado? Yo creo que muchas. Por ejemplo: no hubiésemos tomado esa apresurada decisión que salió con ira, o quizás con un sentimiento de pasión que se confundió con amor y nos hizo estar al lado de una persona que no era la indicada; no nos hubiésemos dado por vencidos o intimidados frente a retos o desafíos que se presentaron como difíciles, etc.

Es preciso recapacitar y ejercer dominio de nuestras emociones, ellas no son malas en sí, pero sí son pésimas consejeras. Así que si estás decidido como a cambiar y empezar a desarrollar tu IE te daré unos pequeños pasos que te ayudarán: Conoce tus propios sentimientos; aprende a guardar silencio y no responder con rapidez ante cualquier circunstancia, pues recuerda “palabra dicha, palabra que no vuelve a tus labios”.

Búsca amistades edificantes o un consejero amigo en quien veas madurez, no alguien que siga tus mismos impulsos. No te dejes llevar por circunstancias, recuerda que pueden ser la puerta para un gran triunfo o una gran derrota.

Depende de ti, por ello piensa antes de actuar. Y finalmente, lee buenos libros, te recomiendo uno del rey Salomón: Los Proverbios, en los cuales hay mucha sabiduría para aprender, en uno de ellos el Rey, dice: “Mejor es aquel que se enseñorea de si mismo que el que conquista una ciudad”.

Autor: Luis Ricardo Pinedo Portilla
Category: |
You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

0 Dejaron huellas de su paso...:

Blog Widget by LinkWithin