lunes, mayo 12, 2014 |
Hoy vamos a explorar los procesos de las comunicaciones humanas interiores (y  creativas). Esta es un área (comunicación y creatividad) en la cual me he centrado en mis exploraciones personales desde que era un niño  He sido muy afortunado al darme cuenta muy pronto de en qué dirección quería que se moviese mi vida.

 Primero empecemos aceptando que la Intuición existe, como esa capacidad interior de conocer en términos específicos, sin una conexión física en la que basarse, una especie de acción a distancia, que la ciencia siempre se negó a reconocer hasta que aparecieron los físicos cuánticos.



 Creo que todos nosotros hemos tenido una o más experiencias de naturaleza intuitiva. Pensamos en una persona y el teléfono suena, y justo es esa persona. Soñamos con alguien a quien no hemos visto por un largo periodo y, en unos pocos días, lo vemos u oímos algo relativo a esa persona. Ayer pensé acerca de un amigo del que no sabía nada en las últimas semanas y hoy recibí un correo electrónico de él. Vamos a un lugar en el que no hemos estado previamente y sin embargo nos resulta familiar, como si con total seguridad hubiésemos estado allí antes, lo que se conoce como déjà vu. 

Antes de continuar con esta exploración de la intuición, quiero agregar otro elemento que, aunque no está directamente relacionado con la intuición per se, sí lo está con la efectividad y utilidad de la información recibida intuitivamente, me refiero a la sincronicidad.

La sincronicidad se define generalmente como situaciones no relacionadas entre sí pero que adquieren sentido para la persona. Una vez, estaba hablando con unos amigos acerca del libro escrito por Arthur Avalon (un autor no demasiado conocido), cuando justo en la radio emitieron la canción Avalon (una melodía de 1930). Unos días atrás estaba comentando acerca de los síntomas de tipo respiratorio y pulmonar con un médico amigo, cuando una persona desconocida para mí, llamó para preguntarme sobre el enfisema. El último domingo le mencioné a un amigo mi deseo de visitar Argentina, y el lunes recibí un correo de alguien a quien no conozco personalmente, preguntándome cuándo iría a Argentina a dar un curso. Estos son ejemplos de cosas que ocurren habitualmente, las cuales considero, nos ocurren a todos en nuestras vidas. Ahora, el cómo las  consideramos, si sólo como diversión, o como coincidencias inusuales o no totalmente por azar, depende de nuestra percepción personal y sistema de creencias o forma de ver el mundo. Me gusta el comentario de mi hijo al respecto: “Es el universo que nos hace un guiño”. Obviamente los lectores de esta publicación son versados en la percepción y apreciación de estos eventos sincrónicos.

Dentro del paradigma de la Medicina del Alma, en el proceso creativo de vivir, no hay eventos que se den por azar. La vida está inimaginablemente bien organizada. Decimos que siempre hay una especie de sincronicidad perfecta ocurriendo en nuestras vidas. Nuestro estado interior y los eventos están reflejados en metáforas tridimensionales en el mundo exterior. Nosotros no siempre estamos conscientes de la relación metafórica. También podemos decir que esto explica el hecho de que la información intuitiva, la respuesta de la vida cuando le hacemos una pregunta, siempre es correcta. No se trata de bueno o malo. Sino de cómo es de correcto y útil en la exploración con el paciente. En este modelo de curación usamos la información intuitiva sólo para clarificar los eventos pasados y no para predecir el futuro.

Una vez conocida esta introducción sobre la sincronicidad, podemos imaginar una situación en la que hacemos una pregunta, nos interiorizamos y percibimos una respuesta que es útil y tiene sentido… Ahora la cuestión es ¿cómo surge esa respuesta y cómo podemos entenderla mejor, interpretarla, comunicarla y transmitir esa información?

La información que nosotros percibimos en el mundo exterior generalmente se considera que viene a través de nuestros cinco sentidos –visión, olfato, tacto, gusto y audición-. He descubierto que internamente tenemos al menos 10 sentidos. Una vez oí por la radio a un chamán indio que decía en un programa que teníamos 12 sentidos interiores. Como no los mencionó ni los describió desconozco cuál es su contexto. Lo menciono porque no me sorprendería que hubiese 12 o incluso más. Personalmente me he dado cuenta, hasta ahora, que existen 10.

Los cinco primeros son la versión interior de los cinco sentidos exteriores: visión interior, audición, tacto, olfato y gusto. Al menos en nuestro estado de sueño somos capaces de experimentar todos estos y probablemente todos tengamos esta capacidad. Me gustaría decir que la mayoría de nosotros hemos experimentado la actividad de estos cinco sentidos en estado despierto –por ejemplo, cuando parece que alguien nos ha llamado por nuestro nombre, o cuando captamos un aroma que no está presente físicamente, o vemos una imagen o flash delante nuestro o cuando cerramos los ojos y visualizamos algo, o cuando percibimos un sabor que no está presente. El tacto también está presente y no está limitado sólo al hecho de tocar con las manos.

Además, tenemos otros cinco sentidos: el saber, la identidad verdadera, la comprensión multi-dimensional, el tiempo y el humor. Por el momento sólo quiero indicar que existen y nombrarlos. En otro momento los exploraré más profundamente.

Resumiendo hasta ahora, tenemos un universo que se comunica conscientemente con nosotros. Le podemos hacer preguntas y nosotros tenemos los sentidos o sensores como para poder percibir la respuesta o información. La sincronicidad perfecta siempre permite que la información sea la correcta, aunque a veces no sepamos qué es lo correcto –mentalmente, emocionalmente o físicamente-.

Ha habido momentos de saltos cuánticos en mi propia exploración. Uno de estos fue cuando tuve la certeza de que la clave podría estar relacionada con el lenguaje más que con los sentidos (voz interior, imágenes interiores, etc.). Esto me abrió una gran puerta.

En cualquier lenguaje hay básicamente tres vocabularios: activo, pasivo y el resto del diccionario. Nuestro vocabulario activo está compuesto aproximadamente por 2-3.000 palabras que usamos regularmente. El pasivo son esas palabras que no usamos habitualmente, pero que si las leemos o las escuchamos en boca de otros, sabemos lo que significan. El tercer vocabulario es lo restante o lo que buscamos en el diccionario porque no sabemos su significado.

Es curioso que con las 2-3.000 palabras que conocemos también podemos aprender conceptos nuevos. Esto se produce a través de un arreglo diferente de dichas palabras (un chico amistoso versus un chico- amigo, traducido del Inglés “a friendly boy vs. a boy friend”) o mediante la percepción de un significado más amplio (“Todas las damas son mujeres pero no todas las mujeres son damas siempre”). En última instancia el significado surge cuando lo relacionamos de alguna manera a través de nuestra experiencia personal.

Aquí es importante reseñar que, en mi exploración del proceso intuitivo experimenté la “certeza” o conocimiento de que la vida nos habla, y que lo hace sobre la base del tú a tú. Esto sugiere que el resultado no es como una especie de diccionario de sueños –el que un caballo galope en el sueño significa que…etc.-. Tenía que incluir principios amplios pero específicos en lo individual, al menos eso me pareció a mí, y en forma correcta.

El siguiente salto cuántico ocurrió con la comprensión de que somos totalmente diferentes de un instante a otro, incluso desde lo físico. Los yoguis dicen que nacemos y morimos con cada respiración. Los físicos cuánticos dicen que el universo -y todo lo que incluye- se enciende y se apaga en el Tiempo de Hilbert. Los sabios hablan que la vida no es continua.

Una cosa de la que me he dado cuenta muy pronto en mis exploraciones es que cada vez que preguntaba por información acerca de otra persona, la respuesta siempre me venía basada en mis propias experiencias vividas. También noté una tendencia por mi parte a rechazar la información, diciendo internamente “No, eso me pasó a mí, quiero saber que le pasó a él”…

Luego, en cierto punto, y después de haber tenido un número de coincidencias físicas entre lo que me había ocurrido a mí y lo que le había ocurrido a la otra persona, todo pareció unirse en lo que llamo el lenguaje creativo interior.

Resumiendo, el lenguaje creativo interior está compuesto por todas las palabras, símbolos, experiencias, sensaciones y toda información que consideres significativa para ti. Esto puede surgir a través de cualquiera de los sentidos, mayormente de los interiores, pero algunas veces a través de uno exterior –otra vez, el telón de fondo es una sincronicidad perfecta, donde ambos sentidos, el interior se refleja en el exterior.

Cuando en la Medicina del Alma formulamos la pregunta interior “¿cuándo sucedió el hecho causal?” obtendremos información que reconoceremos porque, a menudo, es parte de nuestra directa o indirecta experiencia pasada. (Puede ser incluso una imagen absurda, como un elefante luciendo zapatillas de correr) – Ahora yo sé lo que ambos elementos son, ahora que los relaciono con la respuesta a mi pregunta. Este es un ejemplo actual y está relacionado con una jovencita que escapó para incorporarse a un circo). Podría ser también alguna visión relacionada con algo que me sucedió.

De todas formas, dado que soy diferente, ese hecho no me sucedió a mí, sino que es simplemente una referencia metafórica que me resulta familiar. Podemos ahora considerarlo como vocabulario. Esta es la base para exploraciones más profundas con el paciente, y son siempre correctas. La cuestión es cómo es correcta en lugar de si es correcta. La metáfora puede ser mental, emocional o física. A menudo, cuanto más absurda la imagen –como por ejemplo la del elefante con las zapatillas de correr- más exacto es el ajuste en la vida del paciente.

De una forma similar, aunque la pregunta sea realizada hacia adentro, la información y las imágenes aparecerán internamente, algunas veces también se puede presentar información exterior. Una vez, trabajando con una persona en una situación grupal, el grupo fue dando imágenes y yo las fui escribiendo. En el medio del proceso se escuchó la sirena de una ambulancia que captó mi atención, por lo que incluí la ambulancia y la sirena en el listado. El ejercicio en el que estábamos trabajando era uno muy simple para comprender cómo funciona el proceso intuitivo y cómo siempre la información era correcta. La pregunta hecha por la persona fue centrarse en “¿qué le ocurrió en agosto de 1979? –estábamos entonces en 1985- Después de ir imagen por imagen y ver que eran correctas y relacionadas, llegamos a la ambulancia y la sirena. En ese punto la mujer se puso a llorar. Ella y su madre habían estado de vacaciones, y viajando en autobús, su madre había tenido un ataque al corazón. Una ambulancia llegó al lugar con la sirena sonando y se llevó a su madre. Esa fue la última vez que vio a su madre con vida.

En la Medicina del Alma utilizamos el idioma creativo interior específicamente para localizar el hecho o evento causal en el pasado del paciente, aunque ésta es sólo uno de los posibles usos de esta valiosa herramienta. Por lo que yo sé, el idioma creativo interior, es el único modelo esquemático disponible actualmente en el mundo que describe cómo funciona el proceso intuitivo. Es un sistema para cosechar conocimiento e información interior y conectarnos conscientemente con ese otro 99% de nosotros. Es una forma de estar completo e integrado así como conscientemente presente a todos los niveles. Algunas veces bromeo y lo comparo con tener la lista de teléfonos móviles de Dios. Los hombres sabios de todas las épocas nos han indicado que el verdadero conocimiento está en el interior; y que sólo necesitamos tener acceso a esa información y, por supuesto, luego actuar en consecuencia.

La cuestión que surge es si el idioma creativo interior puede usarse para predecir el futuro, teniendo en cuenta que, no sólo tenemos el sentido del tiempo sino que nuestra conciencia es móvil y capaz de moverse hacia delante y hacia atrás en el tiempo. Mi respuesta inicial es no. La vida es un misterio y nadie puede predecir el futuro con total certeza en términos físicos, por ejemplo, “¿Podré obtener el trabajo para el que me entrevisto la próxima semana?” Mi segunda respuesta sería que, si tú estás cómodo con las probabilidades y con temas como los futuros posibles y probables y las realidades alternativas (la teoría en Física de los diferentes mundos), entonces sí podría ser una herramienta útil para hacer frente a las posibilidades futuras en el tiempo. Debo también advertir que el trabajar directamente con el misterio, con el futuro, puede llevarnos a fantasías de tipo egoístas. El poder personal siempre se experimenta en el presente, y el tiempo en última instancia es una consideración con sede en el no tiempo o lo que se conoce como el presente eterno. Si pudiésemos considerar nuestra vida como un proceso, como una aventura del alma, lo que nos importa es el presente y no un determinado resultado. Cuanto más nos centramos en el futuro, en el presente actuamos de forma menos efectiva.

Dado que hablamos del tiempo, es un buen momento para comentar sobre las posibilidades de sanación que ofrece el uso del idioma creativo interior. Cuando preguntamos acerca del hecho causal en el pasado del paciente, la exploración comienza cuando el paciente se relaciona con el hecho de forma específica, lo que suele suceder de forma inmediata. Pareciera que, cuando el paciente habla de sus pasadas experiencias, lo hiciera haciendo funcionar su memoria. Pero esto no es exactamente lo que sucede, sino que sería más correcto decir que el paciente viaja en el tiempo, desde el presente, expandiendo su marco de referencia hasta revivir el evento, e incluso hasta completarlo. Hay habitualmente mucha catarsis y descarga emocional (no necesariamente lágrimas, pero a veces asoman) en ese revivir. Cuando el paciente completa la descripción del proceso se produce un cambio considerable en su comportamiento y surge una sensación de bienestar. Algunas veces, incluso, y para gran alegría del paciente, el síntoma desaparece totalmente. He visto el caso de varios niños que, con la información interior que facilitaba el terapeuta, al revivir el evento, tenían fiebre e incluso tos y mocos. Una vez finalizada la descripción, tanto la fiebre como los mocos y la tos, desparecían como si nunca hubiesen estado allí. Este tipo de conversaciones se pueden considerar como cirugías mentales y emocionales. Pueden ser muy impactantes cuando uno las presencia y observa su propia sanación de un instante a otro. Parece como mágico, como un milagro. Repito, se trata de cómo cada uno percibe el mundo, el propio paradigma y el contexto en el que encuadramos el proceso de crear la enfermedad y la curación.

Resumiendo, cuando hacemos una pregunta interiormente (o una pregunta a la vida, si prefieres) y nos quedamos quietos permitiendo que surjan imágenes u otro tipo de información, la respuesta se da. Esa secuencia de imágenes estará relacionada con nuestra experiencia directa y será en forma de metáfora o parte de nuestro idioma creativo interior (nuestro vocabulario metafórico) y nos llevará a descubrir ese conocimiento, esa comprensión que estábamos buscando. La información puede venir tanto del interior como del exterior a través de los 10 sentidos interiores o de los 5 exteriores. En la vida hay una sincronicidad perfecta interior-exterior lo que nos permite darnos cuenta que la información es siempre correcta. No importa si lo es sino el cómo es de correcta desde un punto de vista físico, mental y emocional. La exploración del hecho causal es como un viaje en el tiempo hasta ese momento, más que un ejercicio de la memoria. Suelen darse catarsis de distinto grado lo que produce, muy a menudo, cambios inmediatos en el estado físico del paciente. El hecho de que, tanto nosotros como el universo, seamos nuevos de instante en instante, ayuda a la comprensión de estas curaciones mágicas que a veces se producen.  –no es que siempre ocurran de esa forma, pero en general, cierta mejora se produce cuando la exploración ha sido profunda y sincera, y la persona acepta el cambio y realmente quiere curarse.

Eric Rolf

Creador de La Medicina del Alma
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