miércoles, noviembre 21, 2012 |
No somos víctimas de las circunstancias, nosotros creamos nuestras propias circunstancias...
Sin embargo, en diversas ocasiones nos preguntamos sorprendidos: ¿Por qué las cosas sucedieron como sucedieron?. Y buscamos de inmediato a un culpable o responsable para poner a salvo nuestra irresponsabilidad.
Lo que nos ocurre, no es la casualidad, sino causalidad. Nosotros mismos produjimos que nos despidieran del trabajo, que nuestra pareja nos abandonara, que no exista la comunicación con nuestros hijos, entre muchas otras situaciones por las que atravesamos y que, según nosotros, son inexplicables.
Las crisis personales son extraordinarias oportunidades para crecer, y esto es posible cuando reconocemos nuestro papel protagonista en dichos sucesos, cuando tenemos la capacidad de absorber nuestros propios errores. Cuando esto sucede, somos victoriosos de la crisis, la adversidad se convierte en buenaventura, el fracaso en sabiduría, el error en luz, estamos listos para seguir avanzando...
Por el contrario, la obstinación por “tener la razón” nos ciega, nos lleva a cometer nuevamente el mismo error. Hay a quien, por supuesto, le sorprende la muerte y estaba equivocado. Se despide de este mundo renegando de que en vida nadie lo pudo comprender, No es más que soberbia por no asumir la responsabilidad de los hechos de su vida.
Es triste y al mismo tiempo maravilloso comprender nuestras equivocaciones. Maravilloso porque la luz nos iluminó, triste por el tiempo que perdimos y nunca más volverá. Detenerse, palabra maravillosa y necesaria para asimilar las lecciones que nos da la vida. Para ello es indispensable ser humilde. No para resignarnos a las circunstancias que nosotros mismos hemos creado, sino para aprender lo que aún nos falta por aprender. Cuanta grandeza encierra el espíritu de aquel ser humano que se deja por la vida enseñar.
Caminando por la existencia mientras asimila en su alforja la experiencia que día a día la vida le ofrece. Parafraseando a un gran escritor, tal vez por muy pocos conocido, el maestro Eric Fromm: "Todos podemos ser nuestros propios psiquiatras sanándonos diariamente. Gracias a la reflexión, podemos extraer de cada momento la lección de cómo ser mejores".
Lo que nos ocurre, no es la casualidad, sino causalidad. Nosotros mismos produjimos que nos despidieran del trabajo, que nuestra pareja nos abandonara, que no exista la comunicación con nuestros hijos, entre muchas otras situaciones por las que atravesamos y que, según nosotros, son inexplicables.
Las crisis personales son extraordinarias oportunidades para crecer, y esto es posible cuando reconocemos nuestro papel protagonista en dichos sucesos, cuando tenemos la capacidad de absorber nuestros propios errores. Cuando esto sucede, somos victoriosos de la crisis, la adversidad se convierte en buenaventura, el fracaso en sabiduría, el error en luz, estamos listos para seguir avanzando...
Por el contrario, la obstinación por “tener la razón” nos ciega, nos lleva a cometer nuevamente el mismo error. Hay a quien, por supuesto, le sorprende la muerte y estaba equivocado. Se despide de este mundo renegando de que en vida nadie lo pudo comprender, No es más que soberbia por no asumir la responsabilidad de los hechos de su vida.
Es triste y al mismo tiempo maravilloso comprender nuestras equivocaciones. Maravilloso porque la luz nos iluminó, triste por el tiempo que perdimos y nunca más volverá. Detenerse, palabra maravillosa y necesaria para asimilar las lecciones que nos da la vida. Para ello es indispensable ser humilde. No para resignarnos a las circunstancias que nosotros mismos hemos creado, sino para aprender lo que aún nos falta por aprender. Cuanta grandeza encierra el espíritu de aquel ser humano que se deja por la vida enseñar.
Caminando por la existencia mientras asimila en su alforja la experiencia que día a día la vida le ofrece. Parafraseando a un gran escritor, tal vez por muy pocos conocido, el maestro Eric Fromm: "Todos podemos ser nuestros propios psiquiatras sanándonos diariamente. Gracias a la reflexión, podemos extraer de cada momento la lección de cómo ser mejores".
Category:
Reflexiones
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