Propongámosno hoy a que nuestras palabras sean como aguas mansas pero en constante movimiento, que con paciencia van surcando caminos...
que sean una bendición para los campos áridos...
que con dulzura se introduzcan en la vida de los sedientos, quienes necesitan de un trago para seguir viviendo...
que sean poesía, una frase celebre, un consejo, un cuento, una felicitación, una reflexión, incluso hasta un chiste, pero que sigan el cauce del amor y así puedan transmitir un amoroso mensaje...
que nuestras palabras y pensamientos cuando no sean amorosos se conviertan en hielo, y queden mudas y estáticas; y cuando provengan del corazón, éstas sean agua líquida que se usa para conservar y crear vida... de ahí que sea tan importante ser impecables con las palabras ya que no son vacías ni se las lleva el viento...