lunes, julio 14, 2014 |
Nuestra relación con el mundo se produce mediante el intercambio de energía a través de nuestros chakras, y es posible tener conciencia de ello si prestamos atención a lo que ocurre cuando interactuamos con otras personas. Las interacciones a nivel energético cuando dos personas se conocen podrían asimilarse a una función de escáner completo, en el que evaluamos su nivel vibracional, la apertura o cierre de sus chakras, sus patrones energéticos a nivel de personalidad, sus bloqueos, su forma de relacionarse con los demás. Esta evaluación se realiza a nivel subconsciente y a nosotros nos queda la sensación de si esa persona nos cae bien o mal, y en el mejor de los casos se produce una sensación de conexión, cuando la compatibilidad es elevada.
En el caso de dos personas muy compatibles a nivel sexual, se puede sentir ese hormigueo en el bajo vientre, esa excitación que se suele denominar "calentón", que no es más que el enlace a nivel del primer chakra y que provoca toda una serie de reacciones hormonales que conducen al deseo de un intercambio sexual inmediato.
Si coincidimos en personalidad con la otra persona puede que se formen lazos afectivos de amistad, o de aprecio, que surgen del segundo chakra. Si además esas personas tienen formas de pensar parecidas y comparten a nivel intelectual gustos e intereses, se produce una conexión desde el tercer chakra, dando lugar a esas interminables conversaciones en las que saltamos de un tema a otro, a cual más fascinante, y que parece que el estar con esa persona nos inspira.
Si nuestro nivel afectivo está en un momento similar, y si aquella persona conecta con nosotros a nivel del corazón, nuestros cuartos chakras brillan y vibran al unísono, produciéndose la sensación de "enamoramiento", en la que el Amor por la otra persona nos vuelve abiertos, generosos, entregados.
En general las relaciones funcionan a estos cuatro niveles, pudiéndose producir conexiones también a nivel espiritual.
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