miércoles, octubre 31, 2012 |
«Nada descansa; todo se mueve; todo vibra.»
El Kybalion.
El Kybalion.
Este principio incorpora la verdad de que «todo está en movimiento», «todo vibra», «nada está en reposo»; hechos que la ciencia moderna refrenda, y que cada nuevo descubrimiento científico tiende a verificar. Y sin embargo este principio hermético fue enunciado hace miles de años por los maestros del antiguo Egipto.
Este principio explica que las diferencias entre manifestaciones diferentes de materia, energía, mente, e incluso espíritu, resultan mayormente de frecuencias de vibración variables. Desde EL TODO, que es espíritu puro, bajando hasta la forma más grosera de materia, todo está en vibración -cuanto más alta la vibración, más alta la posición en la escala-. La vibración del espíritu es en un rango de intensidad y rapidez infinitas tal que está prácticamente en reposo -igual que una rueda moviéndose rápidamente parece inmóvil-. Y en el otro extremo de la escala, hay formas groseras de materia cuyas vibraciones son tan bajas como para parecer en reposo. Entre estos dos polos hay millones sobre millones de grados variables de vibración. Desde el corpúsculo y el electrón, el átomo y la molécula, hasta los mundos y universos, todo está en moción vibratoria. Esto también es verdad en los planos de energía y fuerza (que no son sino grados diversos de vibración); y también en los planos mentales (cuyos estados dependen de vibraciones); e incluso en los planos espirituales.
Un entendimiento de este principio, con las fórmulas apropiadas, capacita a los estudiantes herméticos a controlar sus propias vibraciones mentales, así como las de otros. Los maestros también aplican este principio a la conquista de los fenómenos naturales, en modos diversos.
«Aquel que entiende el principio de vibración, ha agarrado el cetro del poder», dice uno de los viejos escritores.
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Principios
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