Es hora de dejar la idolatría y falsedad. De considerar y/o considerarse superior o mas elevado por ser algo mas espiritual que otros.
Abramos los ojos ante la mercadería en la que se ha convertido la espiritualidad.
Es momento de ser mas solidario y estar atento a dar la mano a quien necesita apoyo y un poco de alegría.
Es tan fácil criticar y descuartizar a quien tiene la valentía de expresar lo que siente y piensa. Por eso la falsedad y mentira abunda, preferimos una máscara en donde siempre somos felices ante los demás.
Muchos seudoespirituales cierran los ojos ante todo aquello que no sea un cuento de hadas bajo el riesgo de ser etiquetado de "bajar nivel vibracional". La nueva seudo espiritualidad se está convirtiendo en un mecanismo alienante y cegador. No se puede decir la realidad que vivimos so pena de ser catalogado de "eso es lo que proyectas", nuevo mecanismo para generar culpa hasta cierto punto.
"Ser cristiano es tener los ojos bien abiertos" dijo Santa Teresa de Jesús. Es la verdad mas absoluta.
Ser espiritual es estar consciente y despierto a la realidad. Ser solidario y dar apoyo mas allá de las palabras. Los invito a dejar por unos días el mundo 2.0 (Internet) y salir al mundo real. Les invito a ir a un hospital y pasar allí un día entero y lleven suficiente dinero. Vayan a un barrio a una apartada aldea. O simplemente vayan donde sus vecinos y traten de ayudar en algo.
Es muy fácil ser guía espiritual de teclado. Lo difícil es demostrar esa espiritualidad en la práctica, allá afuera.
Hay muchos que están haciendo un maravilloso trabajo. Un honor haberlos conocido. Otros, la mayoría, son vulgares mercaderes de la espiritualidad.
Las crisis nos movilizan para crecer cuando llegamos a un punto de estancamiento y necesitamos evolucionar.
Hay que fluir aunque sea en mitad de la incertidumbre. Desprenderme de lo que me daña y empequeñece es lo que libera y fortalece.
Mi crisis personal llegó cuando todo aquello que durante años había dado soporte y sentido a mi vida dejó de ser el apoyo que me había sostenido. Aunque estaba rodeada de personas, me sentía sola, incomprendida y en un desierto. Me estaba ahogando y muriendo por dentro.
Empecé hablando con personas con las que había compartido durante largo tiempo, me sentí totalmente incomprendida.
Cuando vivimos un estancamiento en las relaciones, del tipo que estas sean, se hace imperioso reciclarse. Pero hay miedos que se interponen. Miedo a la ruptura, al conflicto o a ser incomprendido.
Es en ese momento cuando Comenzaron a surgirme preguntas como:
¿Qué quiero realmente?
¿Qué obstáculos se interponen en mi camino? ¿Qué me impide afrontar o superar ese obstáculo?
A cada miedo que iba surgiendo, me confrontaba a las siguientes preguntas:
¿Qué es lo peor que puede ocurrir si sucede lo que temo?
¿Cuál es el mejor resultado posible para mí o para los demás si lo hago, aunque sienta miedo al hacerlo?
”El Jardin del Milagro” o “El Milagro de Dubai”, como también se le conoce, situado en el distrito Dubailand, en los Emiratos Árabes Unidos.
Para muchísimas organizaciones, este lugar es la octava maravilla del mundo.
Ubicado en plenas tierras áridas, a nadie se le ocurriría que es posible descubrir allí una explosión de color, texturas, figuras, esculturas e instalaciones, hechas únicamente con flores.
Fue en medio de un ambiente en el cual las temperaturas son elevadas, oscilando entre los 25ºC y los 48ºC, con largos días de sol, y prácticamente cero lluvias, que la empresa de paisajismo “Akar”, quiso demostrar “que el desierto puede reverdecer, por medio de la reutilización prudente del agua a través del riego por goteo”, según lo reporta Gulfnews.com.
Ubicado en plenas tierras áridas, a nadie se le ocurriría que es posible descubrir allí una explosión de color, texturas, figuras, esculturas e instalaciones, hechas únicamente con flores.
Fue en medio de un ambiente en el cual las temperaturas son elevadas, oscilando entre los 25ºC y los 48ºC, con largos días de sol, y prácticamente cero lluvias, que la empresa de paisajismo “Akar”, quiso demostrar “que el desierto puede reverdecer, por medio de la reutilización prudente del agua a través del riego por goteo”, según lo reporta Gulfnews.com.
Partiendo de esa base, la empresa diseñó “El Milagro de Dubái”, que ocupa un área de 72 mil metros cuadrados en el centro de recreación “Dubailand”, y alberga 109 millones de flores plantadas, las cuales son resguardadas por árboles que bloquean el viento y evitan que las tormentas del desierto se las traguen.
Lo más extraordinario es la forma en que se han delineado estas innumerables flores multicolores, convirtiéndolas en verdaderas obras de arte.
Las flores son usadas como “tinta”, para diseñar espacios únicos que por su belleza van directamente a los sentidos de los espectadores, reforzando de manera hermosa, la conexión humana con el reino vegetal.
Se puede disfrutar de las caminerías, rutas, castillos, pirámides, casas, senderos, pirámides, arcos, coches, farolas y muchísimas otras figuras macros que ocupan el elegante jardín que fue inaugurado, en su primera parte, en ocasión del Día de San Valentín en el 2013.
En abril del 2015 ganó el Premio Mosela en la Mención de Nuevas Experiencias de Jardín del Año.
La empresa “Akar” ha hecho la diferencia al crear en pleno desierto lo que se ha denominado como “el nuevo paisajismo del siglo 21”, donde se combinan ecología, técnica y plástica, más allá de la simple ornamentación tradicional.
Más allá del número y la variedad de flores existentes en el “Jardín Encantado”, lo más interesante de esta iniciativa es saber que hay un área en el que se pueden percibir los colores, los aromas, y el instante en el que las flores se abren al cielo en una de las zonas más áridas del planeta.
Es un espectáculo sensorial que una vez mas nos confirma lo ilimitado de la creatividad y la magnificencia de la naturaleza.
En momentos que leemos, escuchamos, y nos pre-ocupamos por situaciones que no podemos cambiar ya que no depende de nosotros, llámese situación del país, conflictos internacionales, etc., etc., lugares mágicos como el de nuestra video-nota de hoy, constituyen ráfagas de aire fresco, de colirio para los ojos y de bienestar para nuestras mentes y cuerpos.
Es oportuna la ocasión para hacer énfasis en la importancia de potenciar la multiplicación de sitios como este, que están directamente asociados, ligados a la Naturaleza, y los cuales siempre nos aportan sensaciones positivas.
No digamos “la gente debe cuidarlos y protegerlos”…hagámoslo cada uno de nosotros!