lunes, noviembre 21, 2016 |
Si tu vida es un mar de conflictos; eres presa de las emociones, te lamentas por lo que hubiera podido ser y te quejas por lo que es; sientes un gran vacío, dolor y sufrimiento interno, entonces probablemente vives atormentado por el resentimiento, el odio, el rencor, ira hacia la vida, hacia Dios, hacia tus semejantes, o hacia ti mismo.
Prepárate a descubrir la verdad en tu propia mente en donde se construye momento a momento infierno o paraíso; esclavitud o libertad; resentimiento o perdón. La influencia que ejerce el resentimiento y el perdón sobre los estados mentales, y estos sobre la realidad exterior.
El rencor, el odio, el coraje, son como enfermedades que carcomen, marcan y destilan su ponzoña por años, amargan la existencia, provocan dolor, frustración y acaban con las ganas de vivir.
No existe nada ni nadie que pueda resarcir el dolor ocasionado en el pasado; el pasado no puede ser cambiado. Ningún tipo de venganza o retribución podrá subsanar los momentos de tristeza y desolación que vivimos, lo mal que nos sentimos. Al esperar una disculpa, que se acepte el error; nada de eso cambiarán los hechos, lo ocurrido en el pasado, sólo estaremos queriendo alimentar nuestra sed de justicia mal enfocada.
La falta de perdón te ata a las personas desde el resentimiento. Te tiene encadenado.
Guardar resentimientos, odios, rencores y envidias, es como tomar veneno y esperar que otra persona muera.
¿Que es el perdón? Entre el perdón y el olvido. . . . . .
Perdonar es un acto de amor, un gesto de bondad, de generosidad; es no guardar rencor, no sentir odio, no tener coraje ni desear mal a nadie. Es poder ofrecer a los demás el amor que ellos no esperan o que no son capaces de dar.
El rencor y todos los sentimientos y pensamientos negativos, son el veneno y el único antídoto que existe es el perdón. Al perdonar, soltamos nuestra pesada carga, es una liberación, haciendo que nos sintamos mas ligeros en este viaje llamado vida.
Perdonar es una decisión que tomamos, sin que el ofensor este presente. Si la ofensa es antigua, pero sigue doliendo, estamos polarizados en el pasado y no vivimos en el presente, porque no hemos cerrado ese circulo.
El perdón es curativo. No debemos condenar a quien nos ofendió, ni juzgarlo, sino pedir por el para que encuentre su camino, la luz y el amor que tanta falta le hace
El perdón se opone en apariencia a la justicia. Esto nos lleva a persistir en la ira, castigando a los demás una y otra vez en nuestros pensamientos por el dolor que nos han causado.
El que quiera olvidar lo que le han hecho descubrirá que no puede. Los pensamientos y heridas vuelven de vez en cuando. La curación no puede empezar hasta que se perdona.
El perdón es una expresión de amor. El perdón libera de ataduras que amargan el alma y enferman el cuerpo.
Dejar atrás el pasado; Rechazar todo pensamiento vengativo.
Muchos de nuestros intentos de perdón fracasan pues confundimos esencialmente lo que es perdonar y nos resistimos ante la posibilidad de empequeñecer los eventos ocurridos u olvidarlos. El perdón no es olvidar lo que nos ocurrió No significa excusar o justificar un determinado evento o mal comportamiento. No es aceptar lo ocurrido con resignación. No es negar el dolor. No es minimizar los eventos ocurridos.
Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo.
Creemos erradamente que el perdón debe de conducirnos inexorablemente a la reconciliación con el agresor. Pensamos que perdonar es hacernos íntimos amigos de nuestro agresor y por tal motivo lo rechazamos.
El orgullo, la soberbia, la autocompasión y el deseo de venganza, impiden comprender la importancia de perdonar. Pagar mal con mal, solo trae mas carga negativa a nuestra vida.
El perdón se debe de realizar "sin expectativas" sin esperar que nada suceda. Si esperamos que el agresor acepte su error, estaremos esperando en vano y gastando nuestro tiempo y nuestras energías en una disculpa que jamás llegará. Si estamos esperando esta reacción, luego de haber perdonado, pues realmente no perdonamos de corazón pues seguimos esperando una retribución, un resarcimiento. Seguimos anclados en el problema, en el ayer, queriendo que nos paguen por nuestro dolor.
No esperes a tener deseos de perdonat. Jamás los tendrás. Toma la difícil decisión de perdonar aunque no te apetezca. Una vez que decidas perdonar, perderá poder sobre ti, y el toque sanador tendrá libertad para actuar.
Tenemos miedo al dolor, y esto nos lleva a enterrar las emociones muy adentro. Dejemos que salgan a la superficie para que pueda empezar a sanar el daño emocional.
Sin perdón hay dolor, rencor, resentimiento y amargura.
Tipos de perdón
1. Perdónate a ti mismo.
Desilusión de nosotros.
Actitudes y hechos que nos avergüenzan.
Necesitamos del perdón personal.
Perdón por cometer errores.
No traje instructivo al nacer. 2
¿Te equivocaste?
Bienvenido al planeta tierra. Perdonarte a ti mismo es aceptar con humildad tu condición de ser humano. Reconoce que no eres perfecto; comienza a mejorar. En este mundo lleno de injusticias serás libre y feliz si cruzas la barrera del perdón.
2. Perdona a los demás
Las heridas duelen. Pero “la mejor venganza es el perdón”. Concede el perdón de corazón ¡Serás libre para siempre! Cuando no perdonas te haces más daño. Quien te ofende no percibe tus sentimientos.
El mediocre puede ser violento, matar, abusar, pero no posee el don de perdonar. Sólo los valientes, los sabios, los humildes, perdonan.
3. Perdona a Dios Pensamos que ciertas tragedias, injusticias y el dolor que existe es porque Dios lo permite. Nuestra mente, a veces, es demasiado pequeña para comprender la magnitud de algunas cosas. Dios solo quiere lo mejor para ti.
4. El perdón de Dios Dios, compasivo y misericordioso, nos perdona siempre.
Experimenta hoy, de manera nueva, su misericordia, su perdón. Experimenta su amor y ternura de Padre. Y comprométete a amar y a perdonar.
El perdón es la reconciliación plena sin pedir explicaciones ni exigir nada. Dios siempre nos espera y nos perdona; por más que nos alejemos de Él, por más que nos perdemos en las cosas del mundo Él tiene la esperanza que volvamos a Él
El perdón es imprescindible para la mente, la conciencia y el corazón sanos. Es la clave para la libertad interior.
No hay que esperar que la persona que nos agredió cambie o modifique su conducta pues lo más probables es que ésta persona no cambie y a veces sea peor.
EL PERDÓN ES ÚNICAMENTE PARA TI Y PARA NADIE MÁS.
La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza tus recursos emocionales. El perdón es una declaración que podemos y debemos renovar a diario. Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.
Perdona para que puedas ser perdonado. Recuerda que con la vara que mides, serás medido Que la lección ya se encuentra aprendida y que hemos logrado vencer las circunstancias negativas que nos tocaron vivir.
Cualquier razón que tengas en el alma, en el corazón, para encontrarte resentido con la vida, con tus semejantes, con Dios o contigo mismo, VALORALO en este momento. Ponlo en la balanzas y preguntate si vale la pena seguir abrevando del pasado para fortalecer tu rencor y cargando con ello. La alternativa es muy clara: INFIERNO O LIBERTAD RESENTIMIENTO O PERDÓN
Sanación por el perdón
Perdonar para sanar Sanar para perdonar
Si tus pensamientos son de odio, resentimiento o desamor, Tus pensamientos, tus obras y tu vida serán de infierno, caos y destrucción
Tu eres el constructor o el destructor de tu propia vida
Y ahora: Sonríe Agradece Abraza la vida Transforma la fuerza del resentimiento Usa la magia del perdón y SÉ FELIZ Hemec
Category:
Perdón
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