miércoles, septiembre 21, 2016 |
El karma es una ley universal, que se encarga de crear equilibrio entre todas nuestras acciones de las vidas pasadas. La función que cumple no es como algunos pien…san que es crear castigo, sino crear experiencias donde el alma pueda desarrollarse y avanzar, en definitiva, el karma trabaja para nuestro aprendizaje.
Cuando el alma cumple su aprendizaje, a través de todas las vidas que ha tenido y experimentando todas las situaciones posibles, el ser humano encuentra su evolución, y “despierta” entre tanta mentira, encontrando la grandeza de su ser, se convierte en un Ser Iluminado.
Antes del “despertar” y alcanzar la iluminación, va experimentando una serie de situaciones difíciles, donde va pagando todas sus deudas karmicas.
Las deudas karmicas no se van pagando simplemente por sufrir, sino cuando aprendemos realmente la lección que veníamos a aprender. Por eso, algunas personas experimentan una y otra vez que les ocurre la misma desgracia, pensando que es fruto de su mala suerte.
Es importante comprender que todo ocurre por alguna razón, y que siempre hay un aprendizaje escondido. Son precisamente aquellas situaciones difíciles que hemos vivido las que nos muestran de alguna manera, acciones negativas que hemos realizado en alguna vida interior. Como también, existen los maestros disfrazados que vienen a recordarnos aquellas malas acciones que aún no hemos pagado o resuelto.
Ahora lo importante es que si nosotros admitimos la teoría de que es probable que nuestros problemas actuales puedan tener su origen en vidas anteriores, podremos pensar que hemos elegido nuestras circunstancias actuales para resolver dichos problemas, muchas personas se equivocan cuando creen que el hecho de admitir unas circunstancias dolorosas como herencia KÁRMICA, se debe a que merecen la desgracia que les ha tocado, estas personas deducen que han hecho algo terrible en sus pasados KÁRMICOS, y que han sido malos, por lo que ahora han de sufrir los castigos KÁRMICOS, y tal vez acaben por sentir una gran culpa y resignación KÁRMICAS.
No deja de ser una ironía el hecho de que con frecuencia la causa KÁRMICA del dolor experimentado en la vida actual, es una acción terrible del pasado, sino un sentimiento de culpabilidad, que no está justificado a una resignación excesiva ante el sufrimiento personal.
El hecho de trabajar constructivamente con la reencarnación implica considerar que las circunstancias adversas, o cualquier clase de circunstancias son oportunidades para solucionar problemas, que tal vez existen desde hace mucho tiempo.
Normalmente resolver un problema equivale a aprender una lección, trabajar con la reencarnación es trabajar con el KARMA dentro de una vida: ¿Es posible resolver un problema?, ¿Es posible elegir?, ¿Ya sea consciente o subconscientemente?.
Por lo general si se hace consciente es mucho más rápido, si somos conscientes de la reencarnación no necesitamos esperar cientos de años de años para resolver algo a nivel subconsciente, podemos optar por tomar conciencia de ello y a continuación trabajarlo.
A veces para resolver un problema solo necesitamos darnos cuenta de que podría ser de naturaleza KÁRMICA, ello deshace el misterio y elimina la confusión, de ese modo uno queda en libertad para hacerle frente desde un punto de vista práctico, en lugar de decir es un problema extraño que parece no tener ninguna causa, podemos decir sencillamente este problema parece tener sus orígenes en otra vida.
Las relaciones kármicas son deudas que adquirimos de otra u otras vidas con aquellos que no actuamos de acuerdo a las leyes divinas, las cuales AMAR Y PERDONAR son las principales lecciones a entregar y aprender. Antes de nacer nuestra alma elige con quien encontrarnos de nuevo para tener la oportunidad de poder reparar el daño que les causamos, y con ello poder evolucionar espiritualmente.
Esta deudas tanto las podemos tener, con nuestra pareja, como con nuestros padres hermanos e incluso amigos o compañeros de trabajo.
La herencia KÁRMICA no es irrevocable, cualquier idea preconcebida en el sentido de que el KARMA es algo con lo que uno a de cargar, o tiene que ser resuelto de un modo doloroso, no es adecuada ni exacta.
Los maestros disfrazados son aquellas personas con las que más problemas estamos teniendo en esta vida. Estas personas suelen ponerte la vida muy difícil, puede ser un familiar, un amigo o un jefe, el caso es que siempre te preguntarás por qué esta persona te hace la vida tan difícil, y es entonces cuando debes comprender la ley del karma.
Esta persona viene a mostrarte algo que no has solucionado o pagado aún de una vida pasada. Puede ser que esa persona te esté tratando mal, no se trata de que aceptes que te deba tratar mal y así pagues tu deuda karmatica, sino de que busques y comprendas de dónde te viene la repetición de esa situacion dolorosa o molesta y asi lo sanes con el perdón y amor incondicional.
Muchas veces pasa que en el momento que empiezas a dar a esta persona sin esperar nada a cambio, es cuando empiezas a generar lo que se llama Darma.
Existen terapias como los Registros Akashicos, regresiones a vidas pasadas, oraciones para transmutar el karma, etc; dónde una persona profesional y debidamente formada en estas especialidades puedan abrir tus registros de vidas pasadas y así darte una explicación detallada de lo que has venido a saldar en esta vida con ciertas personas o situaciones especificas.
También existen maneras de ir pagando tu karma sin necesidad de sufrir, aunque habrá determinadas situaciones que hasta que no las aprendas y perdones de corazón a ti y los demás involucrados no podrás vencerlas
CONFLICTOS DE OTRAS VIDAS.
Si los errores de otras vidas lo están perturbando en la actualidad, piense que usted ha elegido las circunstancias de hoy para enmendarlos.
No se equivoque. Una herencia kármica no implica que merece la desgracia que le ha tocado. Si usted aprende a identificar esa deuda y trabaja en esta vida para saldarla, superará todos los inconvenientes que le afectan.
LOS 8 SÍNTOMAS MÁS FRECUENTES.
1- Miedos o fobias irracionales, cuyo origen no puede explicarse por ningún acontecimiento de la vida actual.
2- Sentimientos de culpa permanentes, exceso de consideración hacia la sensibilidad de los demás, postergación de los propios deseos en beneficio de los deseos del otro.
3- Problemas sexuales o fantasías sexuales repetidas que parecen inexplicables. En sí mismas las fantasías no son un problema, pero si son demasiado reales y perturban su relación de pareja, puede tratarse de un recuerdo kármico.
4- Prejuicios que parecen ilógicos o incluso irracionales dentro del marco de referencia de la moralidad imperante en la actualidad.
5- Problemas laborales por la imposibilidad de adaptarse a los adelantos tecnológicos y a la forma de trabajo.
6-Problemas de identidad. Dudas sobre quién es uno realmente. Sensación de que se es un impostor en todos los planos de la vida.
7- Hipocondría y miedo a la muerte que no pueden explicarse por experiencias de la vida actual. El recordar, aunque sea vagamente, que uno muere en otro tiempo, puede ser la causa de una neurosis de origen kármico. La forma de muerte pasada es determinante de una gran variedad de fobias (miedo al fuego, vértigo, claustrofobia, miedo al agua, etc).
8- Relaciones difíciles, sin explicación. Muchas relaciones importantes de esta vida han sido entabladas en vidas anteriores. Los sujetos de tales relaciones kármicas suelen ser familiares, amigos, amantes, compañeros de trabajo, etc…Lo más probable, es que se deba resolver una situación pasada con cada uno de ellos. Esos vínculos son bidireccionales. Se trata de acuerdos en el que participan dos individuos a la vez y con fines bien definidos.
SALDAR CUENTAS CON EL PASADO.
Una manera de liberar el karma puede ser la apertura y limpieza de los chakras.
Otro método es la regresión a vidas pasadas, así como la psicoterapia, etc. Pero el hecho de detectar problemas y el cambio de actitud que eso genera, ya es un paso fundamental para debilitar el karma y comenzar a disolverlo.
– Cultivar el buen humor, la amabilidad y confortar a quienes se nos acerquen.
– Ver en los niños verdaderos instrumentos de Dios y jamás herirlos en forma física o verbal.
– Compartir lo poco o mucho que se tenga, en la seguridad de que la Ley de Providencia jamás permitirá que le falte nada.
– Perdonar a quienes lo ofenden, hieren o maltratan, entendiendo que son personas que se cruzaron en su camino para acelerar el pago de sus deudas kármicas.
– Respetarse a sí mismo, cuidando el cuerpo y buscando compañías y diversiones que alegren el espíritu.
– No evitar ningún inconveniente, sino tratar de enfrentarlo con la mayor humildad posible y sabiendo que dará lo mejor de sí para resolverlo.
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Salud y vida,
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