miércoles, febrero 15, 2017 |
...Te propongo no seguir con ninguna herida abierta. No dejes “puertas abiertas”. Te ofrezco técnicas que te ayudarán a cerrarlas, a cicatrizar todas esas etapas que tuviste que saltear por las circunstancias que te tocaron vivir. 


¿CUÁL DE LAS ETAPAS DE TU HISTORIA ESTÁ LASTIMADA?
Tu Infancia, y aún duele ese no haber podido jugar. 
Tu Adolescencia, esa etapa en la que soñabas que tocabas el cielo con las manos, y lamentás no haber tenido amigos para compartirla. 
La Juventud-Adultez, cuando no pudiste conquistar y te quitaron las ganas de poner en marcha lo que una vez soñaste.
La Vejez, porque quisieron robarte la sabiduría, y te dicen, te señalan, te remarcan que a tu edad ya no podés hablar, que no tiene sentido nada de lo que dices. 
Quiero decirte, que todas esas puertas que aún están abiertas, esas heridas, pueden hacerse cicatriz y ser la marca de que todo lo que viviste te ayudó para bien, para seguir creciendo y para seguir adelante; ser la muestra de que si lo superaste es porque estás totalmente sano. ¡Ya no sangrás por la herida! 

EJERCICIOS QUE SANAN 

EJERCICIO 1: ESCRIBIR Y RENUNCIAR 

TE PROPONGO HACER UN EJERCICIO: Escribe y luego renuncia. Renuncia a ese recuerdo triste, a ese recuerdo que aún no te deja avanzar y sanar esa herida. Toma un papel y anota diez recuerdos más tristes de tu vida: 
1................................. 
2.................................. 
3.................................... y así sucesivamente hasta llegar a diez. 
Una vez que los hayas escrito, lee en voz alta cada uno de ellos y renuncia delante de Dios a cada recuerdo. 
Por ejemplo, si tu dolor fue no haber recibido de tu papá o de tu mamá un abrazo en tu infancia, dí: “Hoy renuncio al dolor que sentí al no haber sido abrazado por mi mamá / mi papá cada vez que lo necesitaba. Hoy renuncio a ese recuerdo porque sé que a partir de hoy yo seré una persona que abrazará a los demás, demostrará afecto y recibirá amor.” 

La técnica de escribir los recuerdos te permitirá: 
Objetivar las preocupaciones que no te sirven, dándoles un carácter más concreto. 
No distraerte con tus pensamientos; hay un tiempo preciso para recordar. 
Pensar en otras cosas, ya que los pensamientos malos están prohibidos. 
Comprender que tienes cosas más importantes para hacer. 
Cuantas más cosas consigas poner en el papel, menos quedarán en tu mente. 

EJERCICIO 2: 
LA CARTA PARA LOS DÍAS MALOS 
Si tienes que cerrar una herida, si sientes que esta marca, este dolor está en su fase más aguda, te invito a que cuando tengas un mal día, en un momento en que te sientas capaz de hacerlo escribas una carta para ti mismo. En la carta puedes expresar tu apoyo, tu solidaridad con tu propia persona, y también darte algunos buenos consejos sobre qué puedes hacer para sobrellevar ese mal día o incluso convertirlo en uno bueno; recordar qué acciones llevaste a cabo en situaciones similares y te ayudaron a sobrellevar heridas y a cerrarlas. 

Esta técnica, “LA CARTA PARA LOS DÍAS MALOS” es adecuada si sientes que ya has mejorado y estás en condiciones de identificar qué cosas te ayudan en los malos momentos. Y recuerda: “El arte de vivir está en saber ver lo favorable.” (Doménico Cieri Estrada). 

Fuente: HERIDAS EMOCIONALES. 
Sanar el Pasado para un Mañana Mejor. Del Lic. Bernardo Stamateas, (Psicólogo y Sexólogo Clínico). Autor de los Bestsellers “Gente Tóxica” y “Emociones Tóxicas”, entre otros.
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