lunes, octubre 24, 2011 |

Llevaba cinco horas en el refrigerador al borde de la muerte.
De repente se abrió la puerta. El guardia de seguridad entro y lo rescató.
Después de esto, le preguntaron al guardia ¿a qué se debe que se le ocurrió abrir esa puerta si no es parte de su rutina de trabajo ? Él explicó: llevo trabajando en esta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero él es el único que me saluda en la mañana y se despide de mí en las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible.
Hoy me dijo “hola” a la entrada, pero nunca escuché - “hasta mañana” - Yo espero por ese hola, buenos días, y ese chao o hasta mañana - cada día. Sabiendo que todavía no se había despedido de mí, pensé que debía estar en algún lugar del edificio, por lo que lo busqué y lo encontré”.
La Belleza del Saludo
Dios te creó con una sonrisa. No dejes que nada te la quite.
Desconozco su autor
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Reflexiones
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1 Dejaron huellas de su paso...:
Es una gran verdad. Un día me lo dijo una señora que hacía la limpieza de las habitaciones en un hotel. Yo siempre las saludo y una de ellas me dijo que no era nada habitual. Exactamente también me dijo que para la gente eran "invisibles".
Un fuerte abrazo.
Ema Pires