jueves, junio 30, 2011 |
Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que buscó un árbol muerto y lo cortó.
Pero unos meses más tarde, en la primavera, vio muy sorprendido que al tronco marchito de ese árbol le salieron nuevos brotes.
Mi padre dijo:
- Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto.
- Había perdido todas las hojas en el invierno.
- Hacía tanto frío, que las ramas se quebraban.
- Pareceía que no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida.
- Pero ahora advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco.
Y volviéndose hacia mí, me aconsejó:
- Nunca olvides esta importante lección.
- Jamás cortes un árbol en invierno.
- Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso.
Maestro: Nunca tomes las más importantes decisiones cuando estés en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará. Recuerda que la primavera volverá.

Mi padre dijo:
- Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto.
- Había perdido todas las hojas en el invierno.
- Hacía tanto frío, que las ramas se quebraban.
- Pareceía que no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida.
- Pero ahora advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco.
Y volviéndose hacia mí, me aconsejó:
- Nunca olvides esta importante lección.
- Jamás cortes un árbol en invierno.
- Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso.
Maestro: Nunca tomes las más importantes decisiones cuando estés en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará. Recuerda que la primavera volverá.
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