miércoles, enero 30, 2013 |
Sabes que puedes planear ser feliz? Si, si se puede.

Estar en un estado mental positivo la mayoría del tiempo es una habilidad. Requiere concentración, determinación, esfuerzo, perseverancia y sobre todo la voluntad de querer hacerlo.

Estar inspirado es una opción. Ser infeliz es una opción. Ser productivo es una opción. Ser miserable es una opción. Si no haces nada para cambiar tu situación y tu actitud, conseguirás lo que la mayoría de la gente consigue: una mezcla del diario vivir común de las personas, llena de inspiración, infelicidad, productividad, miseria, etc.

Si tomas la decisión de estar siempre inspirado, siempre productivo, siempre feliz … podrás lograrlo. Primero tienes que desarrollar esa habilidad como cualquier otra habilidad que has aprendido en la vida, como conducir, cocinar, o tocar la guitarra … luego podrás convertirte en un maestro .

No te convertirás en un experto jugador de futbol si lo practicas una sola vez ni de la noche a la mañana, por supuesto!, tampoco te convertirás en un empleado estrella con sólo estar paseando por la oficina, y sin lograr el dominio emocional mental.

Si siempre haces las cosas al azar en la vida algunas te saldrán bien y otras no, si planificas seguramente muchas más cosas te saldrán bien. Entonces es hora de empezar a planificar tu felicidad. Acuérdate que la felicidad viene de adentro hacia afuera. Aquí hay dos palabras claves “Practicar y Planificar”

Tú tienes que tomar decisiones, hacer planes, practicar, trabajar en ellos cada día, y eliminar todos los obstáculos que se te presenten en el camino.

Ser feliz no es complicado. Pero tienes que darte cuenta de algo sumamente importante y aunque es obvio muchas personas no lo saben: es algo con lo que tienes que comprometerte.

La felicidad no tiene que ver con un estado de ánimo temporal, ni tiene que ver con la "suerte con las que nacen muchas personas". Es algo que se gana a través de la realización de nuestros objetivos dignos, o algo que sentimos cuando nos centramos en los estímulos correctos (una puesta de sol, un bebé riendo, la buena música), o algo que experimentamos cuando estamos en presencia de las personas adecuadas. Ser feliz no es complicado, pero estar siempre feliz es lo que requiere trabajo y planificación.

Un consejo valioso: Cada vez que te des cuenta que estas decaído, triste o simplemente en un estado mental negativo cambia tus pensamientos rápidamente y empieza a pensar en las cosas maravillosas que tiene este mundo o piensa en todas las experiencias bellísimas por las que has pasado durante tu vida.

El cambiar tus pensamientos rápidamente cambiara ese estado mental negativo y por lo tanto estarás contribuyendo a tu felicidad.

Empieza a planear tu felicidad. Haz lo que tengas que hacer. Recuerda, sólo una persona feliz puede hacer feliz a otra persona.

José Prieto
lunes, enero 28, 2013 |




El perdón es una expresión de amor.


El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.

No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes.

Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó.

Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos  negativos que nos causaron dolor o enojo.

El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó.

La falta de perdón te ata a las personas desde el resentimiento. Te tiene encadenado.

La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes.

El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario.

Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.

La declaración del Perdón es la clave para liberarte".

¿Con qué personas estás resentido?

¿A quién no puedes perdonar?

¿Tú eres infalible y por eso no puedes perdonar los errores ajenos?
Perdona para que puedas ser perdonado
Recuerda que con la vara que mides, serás medido...
El Perdón es de almas grandes!!!PERDONEMOS…
viernes, enero 25, 2013 |

El trabajo principal de todo ser humano es el trabajo interior.
Haz cada día algo significativo para ahondar en ti mismo.
Para tener más de la vida que verdaderamente deseas, primero debes ser más de lo que verdaderamente eres.
Considera que tu vida es una fantástica escuela de crecimiento.
Cada cosa que experimentas, tanto las buenas como las difíciles, ha llegado a ti para enseñarte una lección que necesitas aprender en ese periodo particular de tu evolución como persona.
Comprende esta verdad y no dejes de preguntarte qué oportunidad de crecimiento personal representa una determinada persona o situación.
Esto es una gran fuente de paz interior.
Sé fiel a ti mismo.
La mejor vida es la vida auténtica.
Nunca te traiciones.
Quítate la máscara social y ten el coraje personal de presentarte al mundo tal como eres. El mundo se enriquecerá.
Recuerda que cosechamos lo que proyectamos.
Nuestra vida exterior sólo es una imagen que refleja nuestra vida interior.
Vierte luz en tu costado oscuro.
Sé consciente de las suposiciones falsas, de las creencias limitadoras y de los miedos que te impiden crecer.
Y cambiará tu mundo exterior.
No vemos el mundo como es, sino como somos nosotros.
Sabes que la verdad, en cualquier circunstancia, está filtrada por tu vitral personal, por tu contexto personal.
Limpia los cristales y limpiarás tu vida.
Y verás entonces la verdad.
Vive en el corazón.
Su sabiduría nunca miente.
Sigue los silenciosos impulsos del corazón y te encaminarán en la dirección de tu destino.
Mantente en la curiosidad acerca de la vida.
Si entregas el control, crearás un espacio para que entren las posibilidades y fluyan los tesoros.
Cuídate.
Haz cada día algo que te alimente la mente, el cuerpo y el espíritu.
Son actos esenciales de respeto y de amor por uno mismo.
Construye conexiones humanas.
Dedícate a profundizar los lazos con la gente que te rodea.
Concéntrate en ayudar a que otros cumplan sus sueños y ocúpate de servir desinteresadamente más que a buscar tu satisfacción.
Estás aquí para enriquecer el mundo y te traicionas en cuanto olvidas esta verdad.
Deja un legado.
El anhelo más profundo del corazón humano es la necesidad de vivir por una causa mayor que uno mismo.
Desconozco al autor
miércoles, enero 23, 2013 |
Indudablemente recuerda usted la fábula "La gallina de los huevos de oro", de Esopo, que habla sobre un granjero que se encuentra a una gallinita lastimada, a la que recoge, cura y da de comer hasta que un buen día se encuentra un huevo de oro en el gallinero.

Al día siguiente el granjero vuelve a encontrar otro huevo de oro, y día con día la gallina repite el milagro. El granjero piensa entonces que si la gallina es capaz de poner un huevo de oro diariamente, por dentro ha de tener una mina de oro, así que decide sacrificarla y ¡oh, decepción!, no encuentra absolutamente nada. Dice el refrán: "La ambición rompe el saco". Este pobre granjero quiso toda la riqueza en un instante, y en lugar de cuidar a la gallina la mató inútilmente.
La moraleja de esta fábula la podemos aplicar en los roles de la vida. Los padres complacientes que dan todo a sus hijos con tal de verlos contentos, pero sin educarlos, a la larga acabarán en un mundo de conflictos y sin bases firmes para conducirse a la madurez y al crecimiento psíquico. En la pareja, cuando solamente se disfrutan mutuamente en los buenos momentos, pero no se respetan ni protegen, descuidando la comunicación y sin propiciar el crecimiento mutuo, tarde o temprano la gallina les deja de poner huevos de oro.

Es muy importante el binomio de mantener el ente productivo y de hacerlo producir. Una empresa no se puede dedicar a invertir en maquinaria sin producir, como tampoco debe dedicarse sólo a producir olvidándose de dar mantenimiento adecuado al aparato productivo.

Nos sorprende ver líderes que tienen una gran energía y capacidad de realización, aunque algunos de ellos físicamente no corresponden al modelo de Supermán o del cowboy Marlboro, sino todo lo contrario: se parecen a Gandhi, a la madre Teresa de Calcuta 0 a Francisco I. Madero, entre otros. Misterio hoy aclarado científicamente, todos ellos han sido adictos a una droga: la endorfina, fueron endorfinómanos..., pero no se imagine que se inyectaban o fumaban algo raro, sino que tenían la capacidad de producir la sustancia llamada endorfina, segregada por nuestro cerebro, y que es 120 veces más poderosa que la misma morfina. El cerebro de ellos, como el de usted o el mío, puede producirla ilimitadamente.
La fórmula es muy sencilla y su práctica es lo que reviste un auténtico reto: Endorfina = Esperar lo mejor.

La mente trabaja bajo dos paradigmas extremos: esperar lo mejor o esperar lo peor. El segundo es el más común pues no exige nada. En contraparte, el autoyisualizarse como triunfador requiere de un esfuerzo, de una energía vivificante que nos anime a la acción y que nos permita enfrentar cada obstáculo no como una dificultad sino como un reto. ¿Cómo conseguirlo?

Los hábitos vitales para tener una vida plena, y a los cuales denominamos la supervitamina E, son:

Espera lo mejor, lo cual nos ofrece una visión optimista y práctica de la vida.
Energía que nos dé el poder de realización.
Emotividad que nos permita un sano desarrollo psicológico y un medio afectivo para relacionarnos con los demás.
Evolución que nos impulse al cambio a través del permanente aprendizaje.
Vida espiritual que nos dé seguridad interior al acrecentar nuestros valores y proyectarnos hacia la felicidad.

El secreto para ser feliz es ¡ser feliz!

Miguel Ángel Cornejo
lunes, enero 21, 2013 |
Por, Sharon  M. Koenig

No existe nada que atrase más tu evolución y tu propósito que el no estar dispuesto a perdonar, que elijas no dejar ir la historia sobre un hecho grande o pequeño cometido en contra tuya.
Existen personas que pierden una vida entera conservando el rencor por alguien que actuó contra ellas, negándose el gozo de vivir plenamente y culpando a esa persona por décadas, pero el verdadero perdón es entender que nada ni nadie puede dañarte, a menos que tú mismo lo permitas. El dolor es la interpretación y el valor que le das a la acción errada, el sufrimiento es no dejar ir la historia.
Perdonar no es olvidar, ni justificar una acción en tu contra, pero sí es dejar ir tu apego a ese dolor, a querer tener la razón, a exigir justicia y a identificarte constantemente con esa historia: “Esa persona desgració mi vida.” ¡NO! Tú has decidido desgraciar tu vida, recordando esa acción y repitiéndola en tu mente una y otra vez, manteniendo esa persona encadenada a ti por medio de eslabones de dolor y veneno, lo cual solo conseguirá enfermarte.
En el libro Los Ciclos del Alma, voy más a fondo en el tema, pero con estos sencillos pasos lograrás la paz.

Para Perdonar
Quizás tengas un dolor tan grande que pienses que NO quieres perdonar, pero como ya sabes que estás haciéndote daño a ti mismo y a tus mismas relaciones con los demás, debes hacer el esfuerzo. No te preocupes, no tienes que hacerlo solo. El verdadero perdón lo haces a través de Dios. Quizás tú mismo sientas que necesitas el perdón, pero la culpa sólo agrava tu situación. Recuerda, inclusive el asesino, ha hecho lo mejor que ha podido en su presente estado de evolución. El verdadero perdón se gana por medio de lecciones, pero eso es un asunto entre el que comete la falta y Dios. Aquí solo vamos a hablar de tu dolor y tu rencor y cómo puedes dejarlo ir.

Paso 1- La técnica de apertura-
Si sientes que no puedes perdonar, Dios sólo necesita una apertura en tu mente. Sin negar tus sentimientos, sino aceptándolos, y estando dispuesto a dejar ir. Basta con decir cuatro palabras mágicas: ESTOY DISPUESTO, MI DIOS
Estoy dispuesto a perdonar.  Decir estas palabras y soltar, y cada vez que regrese el pensamiento de dolor, repítelo: Mi Dios por medio de tu fuerza, estoy dispuesto a perdonar… luego,  solo espera. Debes estar alerta, pues puede suceder en cualquier lugar o en cualquier situación y cuando llegue esa oportunidad, debes actuar, como en el caso de que el agresor pida tu perdón, liberando así a esa persona y a ti mismo. Recuerda, no eres el que da perdón, solo Dios, aquí perdón significa: “Bien, suelto y dejo ir esta historia”. No podemos cambiar las otras personas y nuestra paz no puede depender de lo que ellas decidan hacer, por lo tanto no esperes ningún resultado de ellas. No tienes que comunicarte necesariamente, solo espera. En el momento que tu corazón se sienta en paz, ¡Ya está hecho!

Paso Dos- Siente tus emociones, escribe  y quema
Escribe mientras sientes cada emoción de ira sin reprimirla. Por ejemplo: Estoy sintiendo un dolor muy grande.
Desborda en este papel, toda tu furia y todos tus pensamientos. Cuando termines, toma el papel, quema y bota las cenizas mientras dices: Esto también pasará, suelto y dejo ir todo rencor.
Luego, simplemente olvida y no pienses más.

Paso Tres- Ora por el bien de tu enemigo
Cada vez que venga a tu mente la imagen de la persona que te ha ofendido: Envía una luz rosada de amor y ora diciendo: ¡Que Dios te proteja y que encuentres tu más alto destino de amor y felicidad, ese es mi deseo!
Al principio, quizás tus palabras no te fluyan con sinceridad, pero a medida que sigas con el ejercicio, te aseguro que ocurrirán milagros. Muchas personas hieren a otras precisamente porque no tienen dicha propia.  Éstas, al encontrar su propia felicidad liberan a los demás y es posible que cuando te la encuentres de nuevo sea una persona diferente. Pero recuerda, no puedes controlar cómo otra persona reacciona, solo puedes escoger mirar las cosas de otra manera.
De vez en cuando pasa inventario en tu vida y pregúntate a ti mismo, si albergas en tu corazón resentimiento hacia otra persona, entidad o grupo. La meta es tener un corazón limpio de reproches, y es posible lograrlo.
Si puedes recordar un momento en el que te han herido y puedes recordarlo sin la emoción negativa atada a ese evento, ya has perdonado. Anda, eres libre, has soltado tus cadenas, ve y crea junto a Dios una nueva vida, tienes una nueva oportunidad de ser feliz. Está en tus manos.
viernes, enero 18, 2013 |
Te has creído muchas cosas de ti, de lo que eres, sobre tus capacidades y aptitudes, has creído tus virtudes y tus defectos y has inventado muchas justificaciones para no expandir y permitir brillar tu máximo potencial
Quiero que imagines que puedes ir al origen, a esa idea inicial que te define en esencia.

Muchos tienen programada una idea de lo que no son; no soy prefecto, estoy separado de Dios, hay algo mal en mi, hay un pecado en mi, tengo que esforzarme más para ser mejor, nadie me va a amar.

Y así, hay sembradas en las profundidades de nuestra mente inconsciente y de nuestro ser esa idea, esa creencia que adoptamos sin ni siquiera darnos cuenta y que rige nuestra existencia entera.

Esta idea original la has venido reafirmando en innumerables ocasiones a lo largo de tu vida y cuando has osado en cuestionarla, los demás o el mundo te la recuerdan, como si fuera algo que tienes tatuado de por vida.

Como es tan compleja la mente y nos lleva por caminos laberinticos no te voy a pedir que descubras cual es esa idea original, esa creencia implantada como un virus que se ha apoderado de nosotros para opacar nuestra luz y nuestro máximo potencial. Sería como pedirte que encontraras una aguja en un pajar, es casi imposible.

Te voy a pedir algo más simple, que implantes un nuevo programa que desplace a aquel que ya está contaminado y que además es mentira. Un nuevo programa, una idea que sea tan poderosa que logre penetrar hasta los confines de tu ser y remover cualquier vestigio de aquella mentira que te ha gobernado por tantos años. Esta idea es: “Yo soy el amor perfecto de Dios”

El viejo sistema tratará de sobrevivir usando todas sus artimañas para invalidar a tu nuevo implante por eso tienes que además de repetirlo, creerlo, sin lugar a dudas, invertir tu fe y energía en el.

Encontrar todos los días a todas horas, todas las pruebas de que esto es real, que eres el amor perfecto de Dios. Basta con que veas a tu alrededor para demostrarlo, date cuenta como todo lo que ocurre es un milagro que sucede a pesar de ti, no tienes que hacer nada para estar vivo o para que tu corazón lata, para que la gravedad sostenga todo en su lugar o para que tu entiendas lo que te digo con estas líneas. Todo ocurre ahora.

Agradécelo, bendícelo, alábalo, reconócelo con cada una de tus respiraciones y permite que resuenen en tu mente, en cada una de tus células, en todo tu ser.
Yo soy el amor perfecto de Dios.

Andrés Portillo
miércoles, enero 16, 2013 |
Desde pequeños todos sabemos soñar. Dormidos y despiertos. Gracias a la potencia de nuestra imaginación creemos que somos capaces de cualquier cosa. Sin embargo, según crecemos perdemos esta maravillosa capacidad que luego tanta falta nos hace en la vida a la hora de ser creativos, de innovar, de cambiar nuestras vidas y de transformar nuestras empresas. Te invitamos a que te atrevas a soñar otra vez, a desafiar tu zona de confort, y a que disfrutes del placer de convertir tus sueños en realidad. ¿Te atreves a soñar?
lunes, enero 14, 2013 |
Nuestra mente es una de las bendiciones que poseemos los seres humanos. Pero nuestro pensamiento puede convertirse en una tremenda carga. Luego de ser diagnosticada con cáncer pasé muchas noches en vela, pensando y pensando, en infinitos giros bajo las sábanas. Tantos pensamientos como estrellas titilaban en mi cabeza. Entre ellos abundaban las preguntas y una de las que se repetía incesantemente era que había hecho mal. Mis noches estaban llenas de reproches a mí misma. Era tan poco lo que tenía que haber hecho para mantenerme sana. ¿Cómo pude haberme descuidado? 

La enfermedad es una alarma que se activa para hacernos ver lo que estamos haciendo mal. Pero de nada nos sirve una alarma si nos quedamos mirándola absortos o si nos ponemos a llorar cuando suena. Tenemos que accionar. Actuar. La única manera de poder  superar la enfermedad es haciéndole caso, recibiéndola en tu casa, sentándose a tomar un café con ella, y realmente escuchando lo que tiene que decirte, y a partir de allí, hacer las correcciones. Aquí y ahora. ¿De qué nos sirve lamentarnos por el pasado? 

Nos exigimos ser perfectos, olvidando que somos humanos, y nos cuesta perdonar nuestras fallas. Pensamos que si nos desviamos de la perfección, no vamos a ser aceptados, no vamos a ser amados. No nos damos cuenta de que nuestra perfección como humanos es precisamente ser imperfectos. ¿No te ha pasado que lo que te atrae o enamora de alguien es precisamente su imperfección, lo que la diferencia de los demás? ¿Cuántas personas conocemos que son inteligentes, estudiadas, hermosas, moralmente impecables, pero que están completamente solas y no logran el amor en su vida? En cambio aquella persona que no es tan bella, tan exitosa, o tan sabia, pero que se acepta a sí misma, se ríe de sus defectos, y se perdona sus errores, nos atrae hacia ella. 

Permítete ser imperfecto ahora y te será más fácil perdonarte los errores pasados.. Pregúntate a ti mismo que tan malo fue lo que hiciste, por qué lo hiciste, si tiene consecuencias en el presente y si puedes hacer algo acerca de eso ahora, en este momento. Escríbelo en un papel. Una vez que lo veas escrito te darás cuenta de que se te hace más fácil el perdón. Luego quema el papel, toma las cenizas, ponlas en tu mano y déjalas ir, que se las lleve el viento. Listo. Ya pasó. Ahora a mirar adelante. El perdón es una herramienta maravillosa y multiplicadora, una vez que nos damos cuenta del enorme poder que tiene, se nos hace cada vez más sencillo perdonar, a ti y a los demás. 

El perdón es uno de los regalos más milagrosos que nos da el universo. Está en la esencia del ser humano, porque gracias al perdón podemos crecer a través del aprendizaje. El perdón nos libera de las creencias que nos impiden avanzar y nos permite acceder a un montón de energía que podemos redirigir a lograr nuestros objetivos. 

Por eso te invito a perdonar. Date permiso de perdonarte en primer lugar a ti mismo. Perdonarte a ti mismo es la manera de aprender a perdonar a los demás. Y perdonando a los demás y a nosotros mismos nos liberamos de un enorme peso y encontramos paz. Perdona a los que te han dañado, perdona a Dios por darte esta enfermedad, perdona a la vida por las circunstancias, perdona a la economía, perdona al presidente, perdona al motorizado que se te atraviesa... Cada vez que perdones a alguien te sentirás más y más aliviado y lleno de buenas energías. Esa es la energía que necesitas para sanar.

Así que dale, perdona y sigamos


Por Susana González Rico
viernes, enero 11, 2013 |


El propósito de la comunicación es el aprendizaje mutuo. 

Todos tenemos mucho que compartir y mucho por aprender, por lo que es bueno y útil permanecer abiertos, sabiendo escuchar, porque sólo el que sabe escuchar puede aprender y sabrá en su momento trasmitir lo aprendido. 
En el Universo nadie es mejor que nadie. Cada quién se encuentra en un distinto momento de evolución, y a todos nos puede beneficiar la observación de los distintos procesos. Además, nadie se encuentra realmente aislado del resto, sino que más bien la idea es la interacción continua y constante. 
Por ello nadie que sea maestro se puede haber saltado la etapa del discipulado; y no habrá quien habiendo sido buen discípulo, desperdicie la oportunidad de crecer aprendiendo a ser buen maestro.
miércoles, enero 09, 2013 |
A krishnamurti lo quisieron entronizar como jefe de la orden que lo habia educado, pero el, en el discurso que dijo el dia que lo quisieron entronizar, desbarató todo y manifesto lo siguiente: 

No podeis seguirme, ni a mi ni a nadie, el dia que sigais a una persona, dejara de existir la verdad. 

Si seguimos a alguien nos quedamos con la formula, HAY QUE SER ILUMINADO; NO SEGUIR A LOS ILUMINADOS, hay que mirar la luna, no quedarse mirando el dedo que señala la luna. 

Quizas una prostitua pueda entrar el cielo antes que una monja, porque la prostituta a fuerza de vivir y conocer la vida, puede llegar a amar, en cambio la monja por tratar de amar a DIOS, puede dejar de amar a todo el mundo, a sus hermanos. 

Cuando el sabio señala la luna el necio se queda mirando el dedo. Eso mismo es lo que sucede con las religiones cuando quieren atrapar la verdad.
lunes, enero 07, 2013 |
El perdón no es un simple mecanismo para liberar de culpa a quien nos ofendió, el perdón es un mecanismo para que yo sea libre de la amargura que dejó esa acción en mi corazón. Yo puedo decidir perdonar a alguien, que no está arrepentido de verdad de haberme dañado, por que mi intención al perdonar, no es que esa persona quede libre de culpa, si no que yo quede libre en mi interior, que yo tenga paz, que yo pueda vivr bien, que haya desatado la amarra que me tenía detenido en el puerto. 

Es muy importante saber, que el perdón no exime de culpa al ofensor, sino que libera al ofendido. Usted y yo necesitamos decidir perdonar, para ser libres de las heridas del alma. 

He escuchado muchas veces la frase: "yo perdono, pero no olvido", y pensamos seriamente que si no olvidamos, es debido principalmente a que realmente no hemos olvidado, pero esto también es un error, el perdón no implica nunca que olvidemos todo, el perdón no produce amnesia, no es indispensable que olvidemos para perdonar, puedo perdonar y estar consciente del daño que se me hizo, pero he decidido que ya no me va a afectar nunca más en mi vida. 

Hay un punto muy importante es que podemos decidir perdonar, tomamos la decisión de ya no traer al presente las cosas pasadas, incluso nos mantenemos firmes en la decisión de no criticar, ni agredir a la persona que nos ofendió. Sin embargo, no podemos decidir dejar de sentir. Si usted quiere de verdad, que se vaya lejos lo que siente, no depende exclusivamente de usted, pero no es imposible dejar de sentir.

 Cuando usted decida perdonar de una vez a alguien, es indispensable que lo confiese con su boca, no piense en el perdón, hable el perdón, no importa que usted esté sólo, quizás va en su cómodo automóvil escuchando música y piense: "si yo necesito perdonar, yo debo perdonar, yo quiero ser libre de la culpa que otra persona me hizo a mí en su momento", pero no es suficiente que usted lo piense, hay que confesarlo con su boca, aunque usted esté sólo en un lugar, que salga de su boca libremente, hay una marcada diferencia inmensa entre pensarlo y hablarlo; con nuestra boca tenemos el poder para la vida y poder para la muerte, poder para atar y poder para desatar. ¡Confiéselo!, cuando lo hablan, sienta esa libertad, ese peso extra que se va, tal vez acompañado de lágrimas, tal vez acompañado de tristeza y de llanto, pero finalmente un ser libre. 

Los pasos principales para perdonar a alguien son los siguientes, a saber: 
a.. Identifique plenamente la herida específica que le hicieron, y la persona que se lo hizo. 
b.. Decida perdonarla a pesar de lo que siente en su corazón. 
c.. Confiese con su boca ese perdón aunque usted esté sólo, no tiene que ir a decírselo a aquella persona; lo puede hacer usted en la privacidad donde se encuentre en ese momento. 
d.. Yo podría ir y decirle a alguien: "te perdono por esto y aquello", y aquella persona decir: "pues mira si te lo puedo volver a hacer lo repito otra vez". 
e.. Recuerde que el perdón no es para liberar de culpa al otro, sino para que yo sea libre de las heridas del alma. 
f.. Acérquese a Dios y dígale desde el fondo de su alma: "Señor, yo decido perdonar, quítame lo que siento, borra de mi corazón estas heridas, dame un corazón nuevo, te entrego el mío, ven a mi vida Jesucristo a ti te lastimaron profundamente, a ti te dañaron y te atreviste a decir a tu padre: "perdónalos por que no saben lo que hacen", ¡Señor, yo te digo hoy perdona a tal persona, por que me lastimó profundamente, y llévate de mi corazón este amargo sentimiento!, "yo hago mi parte, tu haz la tuya". 

También nosotros hemos lastimado a mucha gente, con intención ó sin ella, hemos herido profundamente el alma de nuestros seres queridos; hay que pedirles perdón. Las situaciones que recordamos en las que estamos conscientes que los hemos ofendido, necesitamos anotarlas, y debemos decirles: "perdóname". 

Si usted no puede ir haga uso de una llamada telefónica, de una carta, de un correo electrónico ó de una tarjeta de disculpa, y dígale desde dentro de su corazón: "yo te lastimé en aquella ocasión, con esto y con está otra situación, te pido de corazón que me perdones", si la persona lo perdona ó no ese no es problema suyo, usted ya es libre de ese nudo, que lo tenía amarrado en su corazón. Usted y yo no podemos decidir que los demás desaten sus propios nudos. 

El perdón es un mecanismo para que nuestro corazón sane de las heridas, para que nuestra alma brille, para que nuestra vida vaya en aumento, para que usted y yo podamos desarrollar este potencial que poseemos y que nadie nos puede quitar nunca. 

Por: Rafael Ayala.
Autor.
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